
ISBN: 978-84-1142-269-7
© Félix Monsalve Campos, Ramona Díaz Vico, Sergio Alhambra Díaz
Introducción
La Atención Especializada de Salud y la Atención Primaria conforman las dos ramas de atención sanitaria en que se divide la atención prestada a los pacientes en los Servicios de Salud. La atención primaria es la básica, el primer camino a seguir ante cualquier problema de salud. La atención primaria se organiza territorialmente y en función del número de habitantes en las poblaciones y zonas rurales en zonas de salud. Cada zona de salud tiene su centro o centros de salud, con sus consultas atendidas por médicos de familia, pediatras y odontólogos.
La atención especializada de salud sería un segundo nivel de atención, donde se incluyen las consultas especializadas de facultativos especialistas en aparato digestivo, traumatología, ginecología, dermatología, oftalmología, vascular, pulmón y corazón, otorrino, endocrino y otras especialidades. Y cuando la atención al paciente requiere un ingreso hospitalario, la atención especializada se proporciona en los hospitales centrales y comarcales incluídos en cada Área de Salud. Los Servicios de Salud se dividen en Äreas de Salud, y en cada área existe, al menos, un hospital.
La idea que nos viene a todos a la mente cuando escuchamos la palabra “hospital” es la de personas enfermas ingresadas allí, que reciben atención médica y sanitaria por facultativos y enfermeras. Indiscutiblemente, el médico es el centro neurálgico del hospital, en él se depositan las esperanzas de mejoría y curación del enfermo. Las segundas protagonistas del universo hospitalario son las enfermeras, indispensables para la cura de heridas y administración de los fármacos pautados por el médico. También, en algún momento, puede venir a la mente la figura de aquella auxiliar de enfermería que aseaba a nuestra madre, le hacía la cama y la trataba con cariño. E, incluso, a veces podemos recordar a aquél celador que te bajaba en una silla de ruedas a rayos y que te contaba alguna anécdota. Pero, la palabra hospital, por sí misma, nos recuerda enfermedades y esperanzas y desesperanzas de recuperar nuestro bienestar anterior.
Pero, ese pequeño universo o ciudad de no vacaciones tiene vida propia, muchos engranajes y muchos peones con funciones diversas que mantienen en funcionamiento toda la maquinaria, toda la asistencia necesaria para la vida en ese entorno. El enfermo que está ingresado en una planta hospitalaria recibe la asistencia continua de algunas personas, todos los días desde la mañana a la noche, a veces impidiendo el descanso nocturno por la necesidad de cambiar un pañal o administrar una medicación. A las ocho de la mañana, antes de que el médico llegue a la habitación, llega la auxiliar de enfermería, TCAE, como las llaman ahora, acompañada del celador, para realizar el aseo al enfermo encamado y levantarlo al sillón, con el fin de dar un mínimo de movilidad a esa persona e impedir la formación de coágulos o trombos que puedan ocasionar un ictus o un infarto. Los enfermos que no se pueden levantar, por orden facultativa, son aseados dentro de la cama y se les cambia las sábanas entre el celador y la TCAE, dándoles cambios posturales varias veces al día, con la ayuda de una o varias almohadas, para evitar la formación de escaras o heridas por presión, que se formarían al estar tumbados en la misma posición durante mucho tiempo.
Y, una vez aseado el enfermo y a la espera de que pase la visita el médico, que a veces pasa antes de acabar su aseo, recordamos que, no estando en dieta absoluta por orden médica, lo normal es que los pacientes coman. Y no les llevan la comida desde cualquier restaurante cercano, no, la cocina donde se les prepara sus dietas específicas se haya en el propio centro hospitalario, dentro del hospital. El personal que trabaja en la cocina hospitalaria tiene funciones concretas según la categoría en la que ha sido contratado. Ahí prestan sus servicios los dietistas, gobernanta, pinches y cocinero. Dependiendo del número de camas del hospital, es decir, del número de pacientes a los que hay que dar de comer, en los turnos de mañana y tarde habrá uno, dos o tres cocineros y un número variable de pinches de cocina que ayudarán al cocinero en la preparación de los ingredientes a utilizar en los menús, además de llevar a las plantas y recoger los carros con las bandejas de comidas, y fregar las ollas y cacerolas que no pueden ser lavadas en los lavavajillas, limpiando las superficies de la cocina al terminar la jornada.
Hay otras categorías de personal estatutario que prestan sus servicios en los centros hospitalarios, realizando la limpieza, el mantenimiento de equipos, instalaciones, obras, pintura de paredes y otras funciones, tan indispensables como las demás para que la actividad sanitaria se pueda llevar a cabo.
Índice
1. INTRODUCCIÓN
2. CONTENIDOS
A). AUXILIAR ADMINISTRATIVO
B). CELADOR
C). ENFERMERA
D). COCINERO
E). PINCHE
3. GLOSARIO
4. BIBLIOGRAFÍA