
ISBN: 978-84-1142-259-8
© Débora Pérez Martínez, Hadriel Mehamed González, Marta Lozano Martín, Anisa Mohamed Bouzian, Hanan Mohamed Mohamed, Sara Chaib Abderrahman
Resumen
Introducción: La vía intraósea se utiliza para la infusión rápida de fluidos, medicamentos y productos sanguíneos en situaciones de emergencia cuando obtener un acceso venoso es crucial.
Objetivo: Sintetizar los conocimientos necesarios sobre el acceso intraóseo en Enfermería.
Metodología: Revisión bibliográfica. Analizando las siguientes bases de datos: Pubmed, Scopus, CINAHL y Google académico. Se han empleado un total de 48 referencias.
Resultados y Discusión: Los mayoría de los artículos analizados, demuestran los beneficios que supone esta técnica y su reducido porcentaje de complicaciones. Aunque también reflejan su escaso uso, principalmente por falta de conocimiento.
Conclusiones: El manejo clínico forma parte de las competencias enfermeras, se requieren más actuaciones para su formación, evaluaciones prácticas y registro documental. Los mejoras en los dispositivos intraóseos, sobre todo automáticos, han favorecido su accesibilidad, incrementado su uso y reducido las tasas de complicaciones. A nivel internacional está reconocida como un acceso rápido y factible.
Palabras clave: Dolor, emergencias, Enfermería, infusión, dispositivos e intraósea.
Introducción
Cuando se atiende a un paciente, el personal sanitario tiene distintos métodos para administrar la medicación y/o líquidos prescritos, entre los cuales podemos diferenciar dos grandes grupos. La administración enteral, es la vía que utiliza el aparato digestivo como puerta de entrada al organismo, puede ser oral, sublingual o rectal. La administración parenteral, es toda aquella que no es enteral, puede ser directa o indirecta, la indirecta necesita ser absorbida por el organismo (subcutánea, intramuscular e intradérmica) mientras que la directa se introduce al torrente sanguíneo, es el acceso vascular periférico, central e intraóseo (Villanueva, 2020). Mediante determinados dispositivos se pueden infundir fluidos, obtener muestras de sangre, monitorizar el estado hemodinámico del paciente, etc. Un acceso vascular central o periférico es la canalización de una vena o arteria con una cánula (Meyer et al., 2020) mientras que uno intraóseo (IO) requiere perforar la corteza ósea e implantar una aguja hueca en la cavidad medular para acceder al torrente sanguíneo (Kooiman & Proud, 2020).
Conseguir un acceso vascular (AV) rápido aumenta la supervivencia de los pacientes. En determinadas situaciones y pacientes obtener un acceso venoso periférico (AVP) o central (AVC) puede ser difícil, como en pacientes pediátricos, neonatos, adultos con vasos sin volumen o reducidos, obesos, etc. todo esto condiciona el tiempo de infusión. El AVC no es posible realizarlo fuera de un entorno hospitalario porque conlleva el riesgo de neumotórax y lesión arterial, además de requerir de un alto nivel de experiencia. El AIO es una alternativa a todas estas circunstancias (Dev et al., 2014). Es una técnica indicada para pacientes adultos y pediátricos en situaciones potencialmente mortales, donde no puede retrasarse la infusión de fluidos (Astasio-Picado et al., 2022).
El AIO es una técnica rápida y fiable debido a la anatomía de los huesos y a su red vascular.
Anatomía del hueso
Los huesos son el principal soporte del cuerpo humano, además de hacer posible la locomoción, estabilidad y soporte, sirven de protección para los órganos internos. Pero no todos son iguales, se diferencian cuatro tipos, largos como el húmero y la tibia, planos como el esternón, las vértebras de tipo irregulares y las falanges cortos (Astasio- Picado et al., 2022).
En los huesos largos podemos encontrar tres partes: la epífisis es la parte esponjosa del hueso, recubierta por una capa dura y delgada, contiene las células sanguíneas encargadas de crear la defensa inmunológica del cuerpo, la unión entre la epífisis y la diáfisis, se denomina metáfisis, alberga la placa de crecimiento y por último la diáfisis es la parte más alargada del hueso, una capa dura y gruesa, que en su interior se encuentra la cavidad medular, un espacio hueco donde los vasos sanguíneos no se pueden colapsar, los cuales, recogen cualquier fluido, transportándolo a la circulación central (Vizcarra & Clum, 2010), como se puede apreciar en la figura 1. Otras partes óseas a referenciar serian la apófisis, parte que sobresale y permite la comunicación con otro músculo o hueso, el revestimiento membranoso de la cavidad ósea interna es el endotelio, y la membrana que recubre la parte externa del hueso y responsable de su formación, es el periostio (Astasio-Picado et al., 2022).
La médula ósea se encuentra en todos los huesos esponjosos, independientemente de su forma. Podemos diferenciar una médula roja, formada por una alta concentración de células productoras de sangre y tejido conectivo, la cual, según se crece se vuelve menos vascularizada, convirtiéndose en grasa, denomina médula amarilla (Astasio- Picado et al., 2022) esta es la razón por la cual, en los niños solo se encuentra médula roja. La médula amarilla solo se encuentra en los huesos largos. Según Vizcarra y Clum, la médula amarilla también absorbe fluidos y los enviaba a la circulación central, hallazgo que impulso la terapia de infusión intraósea en adultos.
Normalmente el AIO se realiza en los extremos proximal o distal de los huesos largos, dada la abundancia de hueso esponjoso en los mismos, está rica red de capilares sinusoides permitirá la entrada de fluidos y fármacos a la circulación venosa central, con una velocidad de infusión similar al AIV. Aparte de medula ósea, hay una sustancia de fibrina espesa y coagulable, que genera resistencia cuando realizamos una infusión de sangre (Astasio-Picado et al., 2022).
Índice
RESUMEN
ABREVIATURAS
1. INTRODUCCIÓN
1.1 Anatomía del hueso
1.2 Evolución histórica
2. JUSTIFICACIÓN
3. OBJETIVOS
4. METODOLOGÍA
4.1 Estrategia de búsqueda
4.2 Fases de la revisión
5. RESULTADOS
5.1 Respecto a analizar los dispositivos IO disponibles en el mercado y sus localizaciones óseas
5.1.1 Localizaciones óseas
5.1.2 Dispositivos
5.1.2.1 Dispositivos manuales
5.1.2.2 Dispositivos impulsados por impacto
5.1.2.3 Taladros o controladores motorizados
5.2.3 Comparativa
5.2 Respecto a describir el manejo clínico del AIO por parte del personal de Enfermería
5.2.1 Implantación de la vía intraósea
5.2.2 Situación Clínica
5.3 Respecto a examinar el AIO en el ámbito internacional
6. CONCLUSIONES
Futuras líneas de investigación
Limitaciones
Implicaciones prácticas del estudio
7. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
8. ANEXOS
Anexo 1: Ecuaciones de búsqueda en bases de datos
Anexo 2: Descripción los artículos seleccionados