
ISBN: 978-84-1142-210-9
© María Andreu Tenorio
Resumen
Introducción: en los últimos años, la infertilidad ha aumentado en todo el mundo, debido a los cambios en el estilo de vida de la población. Entre los factores que afectan a la fertilidad se encuentran los trastornos alimentarios.
Objetivo: determinar cómo los factores nutricionales pueden influir en la fertilidad y el papel de Enfermería.
Metodología: revisión bibliográfica en la que la información se obtuvo en las bases de datos PudMed, Scielo, Dialnet y Cuiden. Para la búsqueda se utilizaron descriptores en ciencias de la salud, ecuaciones de búsqueda, tesauros, operadores booleanos y criterios de inclusión y exclusión.
Resultados: la nutrición juega un papel fundamental en la fertilidad, asimismo la obesidad y el bajo peso pueden acabar produciendo infertilidad. La enfermería, a través de la educación nutricional, puede ayudar a las parejas que están buscando el embarazo a alcanzar un estado de salud óptimo para lograrlo.
Conclusiones: los resultados obtenidos en la elaboración de esta revisión nos permiten justificar el seguimiento de una dieta saludable y el mantenimiento de un peso adecuado en personas en edad fértil que están buscando el embarazo, en vista de que mejora su capacidad reproductiva. Un claro ejemplo de dieta saludable es la dieta mediterránea. La enfermería es fundamental en la educación nutricional de las personas, sin embargo, los enfermeros no tienen la formación necesaria y menos cuando se trata de informar sobre la alimentación que deben seguir las parejas que desean quedarse embarazadas.
Palabras clave: infertilidad, nutrición, estilo de vida, obesidad, trastornos alimentarios y Enfermería.
Introducción
La alimentación ha sido una de las principales necesidades y preocupaciones del hombre y uno de los factores decisivos en la formación y progreso de las sociedades. Desde sus comienzos, el hombre ha estado interesado por los valores nutricionales de los alimentos y ese interés ha continuado en todas las épocas (Corio & Arbonés, 2009).
La relación entre la nutrición y algunas enfermedades no es algo nuevo, pues ya era conocida por los griegos y romanos. Así Hipócrates ya dijo “Deja que la comida sea tu medicina, y la medicina tu comida”.
En el siglo XVIII se produjo un gran avance en los estudios sobre nutrición con Lavoiseir y Laplace, quienes comenzaron a aplicar la tecnología al estudio del metabolismo, es decir, la obtención de energía a partir de los alimentos.
Florence Nightingale reconoció que los enfermos necesitaban una adecuada higiene y alimentación, revolucionando el cuidado de los heridos de la guerra de Crimea.
En 1980, Edison dijo “El doctor no dará medicinas, sino que animará a sus pacientes a que se interesen por el cuidado de su cuerpo”.
Pero no fue hasta el siglo XX cuando el hombre consiguió tener los conocimientos suficientes para producir y escoger alimentos para nutrir su cuerpo de manera suficiente y apropiada (Corio & Arbonés, 2009).
El viejo dicho “somos lo que comemos” tiene mucha razón, pues lo que comemos se transforma en los nutrientes de las células de nuestro organismo.
Una alimentación poco saludable y la falta de actividad física parecen ser las principales causas de enfermedades no trasmisibles como las enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, obesidad, determinados tipos de cáncer, osteoporosis y caries dental, entre otras, contribuyendo a la carga mundial de morbilidad, mortalidad y discapacidad (Rosales et al., 2017).
Una dieta sana y equilibrada es fundamental para el buen funcionamiento de todos los sistemas del organismo, y el sistema reproductor no iba a ser una excepción. Todos sabemos que durante el embarazo hay que cuidar la alimentación, pues cómo no hacerlo antes de éste, sobre todo cuando nos está costando conseguirlo (De la Calle & Armijo, 2016).
Además de las patologías propiamente médicas que afectan a la fertilidad, existen otros factores que también lo hacen, entre los que se encuentran los trastornos alimentarios (Flores et al., 2008).
Diversos estudios han demostrado que la nutrición y el estilo de vida juegan un papel fundamental en la fertilidad (González et al., 2018).
La infertilidad es un trastorno complejo, pues no sólo afecta al ámbito médico sino también al psicológico, social y económico (De la Calle & Armijo, 2016).
La educación para la salud y en este caso, la educación nutricional, es fundamental para prevenir y proteger de ciertas enfermedades, entre ellas de la infertilidad, siendo la Enfermería la responsable de esa educación (De Torres et al., 2008).
Índice
RESUMEN
1. INTRODUCCIÓN
1.1Marco conceptual
1.1.1. Antecedentes históricos de la infertilidad
1.1.2. Infertilidad: Magnitud del problema
1.1.3. Aspectos relacionados con la infertilidad
1.1.4. Proceso de fecundación
1.1.5. Etiología de la infertilidad
1.1.6. Factores externos que afectan a la fertilidad
1.1.7. Técnicas de reproducción asistida
2.JUSTIFICACIÓN
3.OBJETIVOS
4.METODOLOGÍA
5.RESULTADOS
5.1. Nutrición y fertilidad
5.1.1. Macronutrientes y fertilidad
5.1.2. Micronutrientes y fertilidad
5.1.3. Dieta mediterránea y fertilidad
5.2. Sobrepeso y obesidad
5.2.1. Obesidad y fertilidad femenina
5.2.2. Obesidad y fertilidad masculina
5.3. Papel de enfermería en la alimentación y nutrición
5.3.1. Alimentación y salud
5.3.2. Enfermería y nutrición
6.DISCUSIÓN
7.CONCLUSIONES
ANEXOS
Anexo 1 Diagrama de flujo para la selección de los artículos de los resultados.
Anexo 2. Resumen de los artículos de los resultados