ISBN 978-84-18991-68-4
© Hugo Rozados Jiménez
Introducción
En esta investigación he querido plasmar un resumen de lo que en un futuro próximo desarrollaré, cuyo fin del mismo es discernir el papel que juega la forma del taco de la bota de fútbol sobre las lesiones del ligamento cruzado anterior (LCA). El trabajo se centra sobre esta patología por ser de gran frecuencia entre los jóvenes deportistas y causante a su vez de una gran discapacidad, siendo su tratamiento adecuado, de suma importancia para el deportista que aspira a seguir compitiendo en el mismo nivel y evitar futuras consecuencias como la gonartrosis prematura. Considero por tanto bienvenidos todos los trabajos que al igual que este aporten cualquier información que ayude al manejo de dicha patología.
La incidencia de rupturas del LCA varía ampliamente dependiendo del tipo población. Estudios en EEUU la han calculado en 1/3.000 en la población general. Cada año ocurren en este país por lo menos 100.000 casos de lesiones en deportistas jóvenes típicamente entre los 15 y 25 años de edad, pero con mayor riesgo entre los 10 y 19. El fútbol, el béisbol, el baloncesto y el esquí originan el 78% de las lesiones del LCA en deportistas. Aunque en España no se tenga la misma cultura de deportes nos sirve para observar en qué tipo de deportes se realizan acciones que pueden llegar a producir la lesión. Alrededor del 70% de las rupturas del LCA son el resultado de lesiones sin contacto de la rodilla, es decir, suceden realizando actividades como detenerse en forma súbita, hacer giros, hacer pivote en una pierna o aterrizar después de un salto. El otro 30% es el resultado de un contacto de la rodilla con otro jugador o con otro objeto.
Sin datos precisos de la incidencia de rotura de LCA en los deportistas jóvenes en la población española, podemos sin embargo predecir un alto valor con los resultados de este estudio puesto que todos los equipos presentan al menos un caso antiguo o presente.
Al reunir por tanto esta patología las características de alta incidencia y gran repercusión personal y del equipo queremos estudiar posibles factores que faciliten o protejan la rotura de LCA (en especial los tacos de las botas de futbol), así como el tipo de personas que ya sea por edad o posición en el campo son más vulnerables a la lesión. Con el objetivo final de la prevención de esta en la medida de lo posible, controlando factores modificables y sencillos como es la forma del taco de fútbol.
Contexto anatomofuncional
La inserción tibial del LCA no es en la espina anteromedial sino en una fosa anterior y lateral a la espina medial; esta inserción tiene 11 mm de amplitud y 17 mm en dirección anteroposterior. La inserción tibial envía fibras hacia delante que pasan por debajo del ligamento meniscal transverso. El LCA está envuelto por la membrana sinovial, o sea, que es intracapsular. Por su orientación espiral las fibras que se derivan de la porción más posterior y proximal del cóndilo femoral lateral y se insertan en la parte más anterior y medial de la tibia, conforman lo que se ha descrito como la banda anteromedial (AM). A la inversa, las fibras que surgen de la porción más anterior y superior del origen femoral llegan a la parte más posterolateral de la inserción tibial, dando lugar a la banda posterolateral (PL). Esta orientación permite que alguna parte del LCA esté tensa en todo el arco de movimiento, así: en extensión se encuentra tensa la banda PL y se tensiona aún más en hiperextensión; en flexión, el ligamento llega a ser más horizontal, tensionando la banda AM.
Los conceptos anatómicos y biomecánicos importantes del LCA normal son los siguientes: que cada fibra tiene un punto único de origen e inserción, que las fibras no son paralelas ni tienen la misma longitud y que no están bajo la misma tensión en ningún punto del movimiento.