
ISBN: 978-84-1142-144-7
© Miriam Díaz Castro, Sergio Alhambra Díaz, Elisa Isabel Pinés Álvarez
Introducción
En todos los servicios hospitalarios la figura visible es el facultativo o facultativos que lo integran. El enfermo y los familiares tienen puesta su mirada y sus expectativas en el hematólogo, bioquímico, microbiólogo y demás licenciados que van a emitir un informe sobre la analítica realizada al paciente, un informe que leerá e interpretará el facultativo especialista que le atiende. El personal de los hospitales saben que todo el protagonismo del trabajo colectivo lo tendrá el médico, saben que ellos son ignorados en el día a día, por todos los usuarios del sistema, como si sus funciones no tuviesen la menor importancia. Médicos y enfermeras son las caras visibles del hospital, los que cuidan y sanan al enfermo.
En la actualidad ya no prestan sus servicios en los Laboratorios Clínicos los enfermeros, la creación de la formación profesional de segundo grado de la rama sanitaria supuso que los enfermeros del laboratorio que se iban jubilando daban paso a los Técnicos de Laboratorio que se incorporaban a esos puestos. Poco a poco se fueron jubilando todas las enfermeras del Laboratorio y ya solo hay Técnicos. Cuando se creó el plan de estudios y la titulación de los Técnicos, éstos eran Técnicos Especialistas de Laboratorio Clínico, en los años ochenta. Con la reforma del plan de estudios en el año 2.015 el título es de Técnico Superior en Laboratorio Clínico y Biomédico, aunque se les sigue llamando TEL.
Facultativos y TEL llevan el Laboratorio, estos últimos prevalidando los resultados de las pruebas analíticas realizadas a las muestras y realizando un trabajo muy cualificado, poco valorado y muy mal pagado. Pero no hay duda de que se les reconoce su trabajo, existen para todos. La gente ajena al sistema no imagina cuanta especificidad hay en un Laboratorio, cuántos conocimientos se han de tener para realizar bien el trabajo, cuanto estrés se sufre con cada cambio de Laboratorio o de sección al cambiar de contrato. Una enfermera que cambia de planta o servicio sabe de entrada el setenta por ciento de su nuevo trabajo, pero un Técnico de Laboratorio que cambia del Laboratorio de Microbiología al Laboratorio de Hematología no sabe nada, está a cero. Por mucha teoría que sepa, no sabe nada de la práctica del trabajo que ha de realizar y, normalmente, tampoco le van a dar el tiempo suficiente para formarse sin estrés. Las contrataciones son como son, se llama a un Técnico para trabajar porque otro ha dejado de ir a su trabajo por diversas causas, y se presupone que el sustituto lo conoce todo y lo controla todo, aunque sea la primera vez que trabaja en su vida. También aquí es importante la organización del personal que hagan las Coordinadoras de Técnicos, los cambios estratégicos que se hagan con dos o tres Técnicos para dar al nuevo unos días de aprendizaje, aunque no siempre es posible salvar la situación.
No hemos oído nunca a ningún TEL decir que no le gusta su trabajo, les gusta. Pero no van a disfrutar de ello hasta que no lleven trabajando dos o tres años y hayan sobrevivido a varias situaciones de estrés y aprendizaje a marchas forzadas. Sufrirán y querrán abandonar muchas veces antes de que hayan transcurrido esos tres o cuatro años que les van a dar conocimiento y seguridad. Los que abandonan no lo hacen porque no les guste, lo hacen porque la ansiedad no les permite seguir.
Índice
1. INTRODUCCIÓN
2. CONTENIDOS
2.1 AUXILIARES ADMINISTRATIVOS
2.2 CELADORES
2.3 TCAEs
3. GLOSARIO
4. BIBLIOGRAFÍA