
ISBN: 978-84-1142-390-8
© César De Los Rios Domínguez, Carmen Rodríguez Caparrós, Patricia Peláez Duran, Dolores Margarita Loriente Bolaños, Jorge Martín Heredia, Susana Sánchez-Rando Bueno
Introducción
Probablemente ya, desde las primeras épocas podamos hablar de que existían los primeros auxilios, los cuales estaban basado en la medicina primitiva de cada época pasada, las cuales tenían como fundamento supersticiones, creencias o mitos y consejos del populacho, todos ello llevado de la mano de lo que en ese tiempo podría llamarse curandero. El desconocimiento de las enfermedades, el no saber qué enfermedad era, qué lo provocaba ni los daños que causaba en el ser humano, así como el no saber el funcionamiento del organismo humano, son las causas principales por las que antaño las personas que estaban enfermas confiaban en supersticiones o curanderos. En la antigua Grecia, en Egipto o Roma, hay representaciones que muestran que esos primeros auxilios se realizaban mediante vendajes variados. Pero para hablar de primeros auxilios como tal debemos situarnos alrededor del año 1871, cuando aparecen los primeros auxilios en medio de la guerra, para los soldados heridos. Estos llegan de la mano del cirujano Friedrich Van Esmarch, que con su método llamado “Erste Hilfe”, hizo posible que los soldados que eran heridos en la batalla tuvieran una primera ayuda y atención, recibida esta de sus propios compañeros. Para ello, los soldados debían aprender a realizar vendajes, principalmente para detener hemorragias, y a colocar férulas en el caso de que las heridas fuesen huesos rotos. Tras la iniciativa del nombrado cirujano militar, en 1872 surgen las primeras ambulancias que prestan ayuda médica. En el año 1878, se imparten las primeras clases de primeros auxilios para los ciudadanos, de la mano de Peter Shepherd y Francis Duncan.
Con Napoleón aparece el primer servicio prehospitalario de urgencias profesional y contaba con un sistema de ambulancias volante que coordinaba Dominique Larrey y se funda en plena guerra la fundación de Cruz Roja Internacional, para atender a los heridos de esta. Los primeros auxilios van evolucionando a través de los años y en cada Guerra, con los años van apareciendo novedades como los antibióticos, para intervenir en estos primeros auxilios, llegando además las maniobras de Reanimación Cardiopulmonar.
Según la Organización Mundial de la Salud la Reanimación Cardiopulmonar (RCP) es una maniobra de emergencia. Consiste en aplicar presión rítmica sobre el pecho de una persona que haya sufrido un paro cardio respiratorio para que el oxígeno pueda seguir llegando a sus órganos vitales.
La reanimación cardiopulmonar (RCP) es una técnica para salvar vidas que se usa en situaciones de emergencia cuando una persona deja de respirar o su corazón deja de latir. La RCP combina compresiones pectorales (presionar el pecho sobre el corazón) y respiraciones de rescate (respiración boca a boca).
El Soporte Vital Básico (SVB) es el conjunto de maniobras que permiten identificar si una persona está en situación de parada cardiorrespiratoria (PCR) y, si así fuese, realizar una pseudo-sustitución temporal de las funciones respiratoria y circulatoria, sin ningún equipamiento específico, hasta que la víctima pueda recibir un tratamiento más cualificado.
Entendemos por Soporte vital avanzado como el conjunto de técnicas y maniobras que se realizan cuando la vida de una persona está en peligro, y cuyo fin es mantener las funciones vitales de la misma hasta que pueda ser trasladado y/o atendido en un centro hospitalario. Antes de llevar a cabo esta técnica, se debe a ver puesto en práctica la técnica de Soporte Vital Básico, y que aun así después de realizar las maniobras de reanimación con esta última técnica no se haya podido conseguir que la persona recupere la respiración. Poner en práctica a la técnica de SVB es algo que puede realizar cualquier persona que esté presente en el momento en el que se produce la situación de emergencia y la persona entra en parada cardiorrespiratoria, ya que su aplicación solo supone conocimientos generales de primeros auxilios, mientras que practicar la técnica de SVA ya implica que la persona que va a realizarla tenga conocimientos especializados en esta materia. Que se realicen estas maniobras de una manera adecuada va a tener como consecuencia salvar la vida de la persona que se encuentra en la situación de emergencia.
La Organización Mundial de la Salud hace una distinción entre una situación de urgencia y una situación de emergencia. Podemos hablar de una situación de urgencia cuando la persona presenta un problema que debe resolverse de manera inmediata haciendo que la acción que se realice no implique demora, por lo que la asistencia médica se llevará a cabo lo más rápido posible, pero aun así esto no supone que la vida del accidentado corra peligro. Sin embargo, cuando estamos en una situación de emergencia la atención medica debe ser inminente ya que la complejidad de la situación o la afectación que presenta la persona pone en riesgo la vida de la persona accidentada. Ante una situación de emergencia el tiempo de acción es una pieza clave para salvar las vidas de las personas.