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El procesamiento de verbos de desplazamiento en la enfermedad de Parkinson

ISBN: 978-84-1142-218-5

© Sandra Fernández Martínez

Resumen

La Enfermedad de Parkinson es un trastorno neurológico causado por la muerte de neuronas dopaminérgicas en la sustancia negra y caracterizado por múltiples manifestaciones motoras y no motoras, destacando de estas últimas el deterioro de los procesos cognitivos. Se han realizado múltiples estudios sobre la influencia que tiene el deterioro cognitivo que sufren estos pacientes sobre áreas tan importantes como el lenguaje, estableciendo como una de las principales alteraciones el procesamiento de verbos con alto contenido motor. En este estudio se ha querido analizar cómo influye la enfermedad en el procesamiento de los distintos tipos de verbos, verbos de movimiento que implican desplazamiento y sin desplazamiento, con una muestra control para ver si existen diferencias en función del tipo de verbo. Los resultados muestran que los pacientes con Enfermedad de Parkinson no presentan mayores dificultades que los sujetos control en el procesamiento de los verbos de movimiento que implican desplazamiento.

Palabras Clave: enfermedad de Parkinson, verbos de movimiento, verbos de desplazamiento, denominación.

Introducción

La enfermedad de Parkinson (EP) es un trastorno neurodegenerativo del sistema nervioso central que se encuadra dentro de los trastornos del movimiento y en el que la edad representa un claro factor de riesgo (Hindle, 2010). Es una enfermedad crónica progresiva, es decir, persiste a lo largo del tiempo y sus síntomas empeoran a medida que la enfermedad avanza.

Este trastorno ocurre cuando se destruye o se atrofian las neuronas pigmentadas de la sustancia negra del mesencéfalo, el área cerebral que controla el movimiento.

Debido a ese daño, estas neuronas dejan de producir una sustancia química que se conoce como dopamina, fundamental para que las células que controlan el movimiento envíen información a los músculos que lo producen (Carlsson, 1959).

Las primeras pinceladas sobre la descripción de esta enfermedad las dio el conocido médico y escritor Galeno en el siglo II dC. Se refería a ella como <<Un tipo de parálisis que impide andar derecho… El temblor es una enfermedad desafortunada; el movimiento es inestable y sin control >>. Fue más lejos y distinguió el temblor de acción del temblor que se da en reposo.

Posteriormente, en el siglo XVII, Syvius de le Boe estudió diversos temblores y distinguió dos: tremor coactus, el cual aparecía en reposo y motus tremulous que hacía referencia al temblor que aparecía cuando el paciente realizaba movimientos voluntarios. Un siglo después, François Boissier de Sauvages, descubrió que los temblores que aparecían en reposo, a los que denominó palpitaciones, desaparecían cuando el paciente intentaba realizar algún movimiento (García, Suárez, Dávalo y Castillo, 2008).

Sin embargo, la primera descripción formal de este cuadro clínico tuvo lugar en 1817 de la mano del médico londinense James Parkinson el cual la denominó parálisis agitante. Él la definió cómo: “movimientos involuntarios de carácter tembloroso con disminución de la fuerza muscular, que afectan a partes que están en reposo, e incluso cuando están apoyadas, con una tendencia a la inclinación del cuerpo hacia delante y a una forma de caminar a pasos cortos y rápidos. Los sentidos y el intelecto aparecen inalterados”. Cabe destacar que en el momento de su publicación era un ensayo basado en conjeturas y sin una investigación exhaustiva que lo avalase, pero pese a estar incompleto fue capaz de relacionar una serie de síntomas aislados dentro de una misma enfermedad. Jean-Martin Charcot fue quien en 1872 la denominó EP en honor a quien primero la describió. De la afirmación hecha por James Parkinson cabe señalar que no menciona dos aspectos sumamente importantes y característicos de la enfermedad, como son la rigidez y los trastornos cognitivos. No es hasta 1861 cuando Charcot y Vulpain hacen referencia a los déficits cognitivos subyacentes a la enfermedad.

Actualmente la EP es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente, por detrás de la Enfermedad de Alzheimer (EA), y afecta a alrededor del 1,5% de la población mayor de 65 años en Europa (de Rijk et al., 1997).

En la mayor parte de los casos se desconoce su origen (Parkinson idiopático), en cambio, el riesgo de desarrollar la enfermedad es dos veces mayor en los familiares directos que en el resto de la población (Figueroa, 2016).

Para poder comprender un poco más esta enfermedad y entender cómo se desarrolla, podemos dividir la evolución de la enfermedad en tres fases (Stern, Lang, y Poewe, 2012).

  1. EP Preclínica: presencia de patología apoyada por pruebas de neuroimagen y biomarcadores pero sin síntomas clínicos.
  2. EP Premotora: presencia de signos y síntomas no motores debido a la patología extra-nigral.
  3. EP Motora: la patología ya ha alcanzado la sustancia negra por el déficit de dopamina nigro-estriatal y comienzan a aparecer los síntomas motores.
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