
ISBN: 978-84-1142-123-2
© Paula Muñoz De Paz, María Sonsoles Cabello Pardos
Resumen
Introducción: El sobrepeso y la obesidad infantil presentan una elevada prevalencia mundial. Entre las causas se encuentran los patrones de alimentación, donde se engloba la lactancia materna en sus diferentes modalidades que aporta beneficios tanto al niño como a la madre.
Metodología: Se realizó una revisión bibliográfica mediante diferentes fuentes científicas y bases de datos, de las que tras aplicar los criterios de inclusión y exclusión se seleccionaron 12 artículos para los resultados, revisados mediante la herramienta CASPe.
Resultados: Existen menos posibilidades de desarrollar obesidad infantil cuando han sido amamantados, siendo su duración directamente proporcional al grado de protección. Esto es debido a las diferencias en la composición de la leche humana frente a las fórmulas artificiales que modifican de diferente manera el metabolismo. Cabe destacar el elevado porcentaje de obesidad infantil frente a la baja tasa de lactancia materna.
Discusión: El efecto protector observado es válido tanto para lactancia materna exclusiva (LME) como parcial, remarcando la importancia de mantener el amamantamiento durante al menos cuatro meses. Además, el factor económico es el más determinante existiendo mayores tasas de lactancia en países con bajos ingresos, probablemente relacionado con el coste de las fórmulas artificiales.
Conclusiones: La mayoría de los autores coinciden en que lactancia materna es protectora frente a la obesidad infantil, manteniendo una relación dosis-dependiente. Sin embargo, es necesario seguir investigando debido a las limitaciones en los estudios realizados. A pesar de ello, existe la necesidad de desarrollar programas de formación y apoyo a la lactancia materna ya que se trata de una estrategia de prevención muy rentable.
PALABRAS CLAVE: obesidad pediátrica, lactancia materna, alimentación artificial, prevalencia.
Introducción
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el sobrepeso y la obesidad como “una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud”. Habitualmente, se utiliza el Índice de Masa Corporal (IMC) como indicador que relaciona el peso con la estatura y del que se obtienen los valores normales y anormales de obesidad y sobrepeso. En la población adulta se considera sobrepeso cuando los valores de IMC se encuentran por encima de 25 kg/m2; y obesidad cuando los valores de IMC sobrepasan el valor de 30 kg/m2.
Sin embargo, dicho indicador no considera la composición corporal del individuo, es decir, no diferencia entre tejido adiposo y no adiposo. Para poder diferenciarlo, existen estudios de bioimpedancia eléctrica capaces de distinguir los diversos componentes corporales.
Otras fuentes como la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) definen la obesidad como una enfermedad metabólica. Se puede añadir la definición de otros autores que la exponen como una enfermedad crónica y epidemiológica que surge de la relación entre factores ambientales y genéticos como son la alimentación o el nivel de actividad que realiza el individuo. Asimismo, la Sociedad Española de Endocrinología Pediátrica (SEEP) incluye los factores hormonales como elemento que puede influir en la obesidad. Debido a que los primeros cambios hormonales en el niño comienzan entre los 8-10 años, en el presente trabajo se estudiará la obesidad infantil hasta los 11 años por la influencia del desarrollo hormonal posterior.
La etiología de la enfermedad es multifactorial, pero en general se puede diferenciar entre factores ambientales y factores genéticos:
- Factores ambientales: se ha visto que son los más influyentes. Dentro de ellos se incluyen los hábitos de vida poco saludables como son la mala alimentación, sedentarismo, escasa actividad física… pero también se tienen en cuenta algunos factores del periodo neonatal como son la lactancia materna o el peso al nacer. Se ha visto que los recién nacidos con un peso al nacer por encima de 3500 gr presentan mayor disposición para desarrollar obesidad. Otro aspecto que se ha estudiado es el tipo de nacimiento, donde se presenta la cesárea con mayor probabilidad de padecer obesidad durante la infancia y adolescencia. Esto es debido a la falta de contacto con el microbiota vaginal durante el parto que contiene bifidobacterias.
- Factores genéticos: se ha demostrado que, si los progenitores presentan obesidad, aumenta la posibilidad de que el niño también lo presente. Esto puede deberse al factor hereditario propiamente dicho, pero también pueden influir los malos hábitos nutricionales de los padres, lo que se denomina como “ambiente obesogénico”.
Debido a la insuficiencia de estudios epidemiológicos en la población infantil y el elevado número de factores que influyen en el desarrollo de la obesidad y al sobrepeso, es difícil determinar la prevalencia exacta.
Índice
GLOSARIO DE ABREVIATURAS
RESUMEN
INTRODUCCIÓN
JUSTIFICACIÓN
OBJETIVOS
METODOLOGÍA
RESULTADOS
DISCUSIÓN
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
ANEXOS