
ISBN: 978-84-1142-222-2
© María Adela Cayetano Tormo
Resumen
Introducción: El síndrome de burnout aparece como respuesta a un mal afrontamiento hacia el estrés laboral cuando éste se prolonga en el tiempo. El personal enfermero es susceptible a padecerlo debido a la constante exposición a situaciones que generan estrés.
Objetivo General: Renovar la información que se tiene actualmente sobre el síndrome de burnout en el contexto de la enfermería a nivel mundial.
Metodología: La búsqueda bibliográfica se realizó en bases de datos y revistas científicas. Se eligieron aquellos documentos que no excediesen los cinco años de antigüedad, teniendo en cuenta los criterios de inclusión, salvo con la excepción de algunos considerados importantes.
Resultados: Después de analizar 32 investigaciones seleccionadas para este apartado, se comprueba la polémica existente en cuanto a su incidencia en nuestros profesionales, así como a las unidades más afectadas y a las variables que más repercuten en su aparición. Los autores coinciden en la importancia de crear y utilizar ciertas estrategias que permitan disminuir su desarrollo.
Discusión: Aunque hay diferencias de opinión entre los autores, muchos coinciden en la presencia de ciertas variables que influyen en su manifestación, tales como pertenecer al género femenino, una avanzada edad, tener conflictos con los compañeros de trabajo o poseer un perfil de personalidad concreto.
Conclusión: Este síndrome está a la orden del día en la profesión enfermera por lo que es necesario seguir investigando sobre las medidas más efectivas para paliar su incidencia. Es preciso tener en cuenta técnicas de prevención basadas en el entrenamiento de la inteligencia emocional.
Palabras clave: Síndrome burnout, agotamiento laboral, Enfermería, profesionales sanitarios, tratamiento.
Introducción
El entorno actual donde se desempeñan los trabajos sociales se encuentra limitado, en gran parte, por las circunstancias que pasan las profesiones destinadas a la asistencia de personas. Estas situaciones producen un incremento de la carga laboral en los profesionales afectados, que se encuentran condicionados por la precariedad en la organización de las entidades e instituciones para las que trabajan. Esto resulta perjudicial para a la larga y puede originar afecciones como el síndrome de burnout (SB).
Generalmente, los profesionales más vulnerables a padecerlo son aquellos que interactúan diariamente con otras personas, como es el caso de los profesionales de la salud. Este tipo de profesiones requieren una implicación emocional, psíquica y mental e implica un alto riesgo de padecer trastornos o afecciones psicológicas.
El ―SB, también denominado ―síndrome del trabajador quemado surge como un inadecuado afrontamiento al estrés crónico. Es un fenómeno que se caracteriza por el agotamiento o cansancio emocional, la despersonalización y la percepción de una baja realización personal en quién lo padece.
Su diferencia con el estrés radica principalmente en la duración, ya que el síndrome de burnout se caracteriza por ser duradero en el tiempo, además del foco de desgaste, que en el primer caso sería cualquier estímulo que nos mantenga en tensión, cambiando así el estado de nuestro organismo de manera temporal; mientras que en el síndrome de burnout, es el entorno laboral el que provoca la angustia y la presión. El ―SB sigue un curso progresivo y sigue una serie de etapas desde que la persona comienza a trabajar hasta desarrollar el síndrome.
Las primeras investigaciones sobre este síndrome comenzaron a realizarse en el año 19702 pero no fue reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) hasta el año 2000, como un factor de riesgo para la salud mental y la calidad de vida.
A lo largo de estos años se le ha dado múltiples definiciones pero podríamos considerar la dada por la OMS en 2018 como la más aceptable, describiéndolo como ―un factor de riesgo, debido a su capacidad para afectar negativamente a la salud psicológica, biológica, químico, ergonómico, psicosocial, mecánico, ambiental y física de los trabajadores, y a la eficacia de las entidades para las que trabajan. No obstante, esta definición no se encuentra registrada en la clasificación internacional de enfermedades versión 10 (CIE-10) ni en ninguna de las versiones del manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM- IV/ DSM- V).
A pesar de no estar recogido en ninguno de los manuales de criterios diagnósticos, es un término por el no han dejado de interesarse los investigadores y se ha llegado a un consenso
sobre sus principales manifestaciones y síntomas. Entre los que destacamos el insomnio, sentimientos de fracaso, pérdida de autoestima, irritabilidad, taquicardia, bajo rendimiento, absentismo laboral, taquicardia y aburrimiento.
Otra definición bastante aceptada es la de la psicóloga Cristina Maslach en 1982, que describe este fenómeno como ―una forma inadecuada de afrontar el estrés crónico, cuyos rasgos principales son el agotamiento emocional, la despersonalización y la disminución del desempeño personal.
Años más tarde de esta puntualización, junto con el psicólogo Michael P. Leite, crea el Maslach Burnout Inventory (MBI), un instrumento de vital relevancia para diagnosticar esta patología.
Índice
Resumen
Introducción
Justificación
Objetivos
Metodología
Resultados
Discusión
Conclusión
Bibliografía
Anexos
• Anexo 1
• Anexo 2
• Anexo 3