
ISBN: 978-84-1142-254-3
© Adrián Cortina Simón
Capítulo 1. Introducción
La calidad es un concepto dinámico que ha ido evolucionando a lo largo de los años. Ha sido definida e interpretada de distintas formas, las cuales no han sido producto del azar existiendo un sistema conceptual inherente subyacente. Las definiciones de calidad son muchas y muy variadas, y su variabilidad se explica en la relación que tiene en cada momento con los valores sociales y éticos de la ciudadanía. Ha habido muchas interpretaciones de lo que podemos llamar “calidad de la atención sanitaria”; y dependiendo de quien la interprete se hace énfasis en un factor u otro del procedimiento de atención sanitaria, sin embargo lo que podemos seguramente establecer como una definición comúnmente aceptada por todos sea decir que calidad es “hacer bien las cosas correctas”.
Al principio, la calidad del sector sanitario estaba ligada a la perspectiva científico técnica de la práctica de la medicina, sin embargo el concepto actual de calidad está enfocado hacia la satisfacción del paciente, teniendo en cuenta sus necesidades y valores personales, el cumplimiento de estándares técnicos, la implicación de todos los profesionales (sanitarios y no sanitarios) de la organización para la mejora continua de los procesos asistenciales y la firme implicación y compromiso de los responsables de los centros sanitarios.
La preocupación por la calidad en el sector sanitario ha existido desde siempre, sin embargo hay discrepancias sobre el origen de la evaluación dela calidad de los cuidados. Discrepancias que surgen porque muchos autores interpretan que el origen de la calidad del sistema sanitario está en el origen de las estructuras que inician la evaluación de dicha atención.
Podemos reseñar que los primeros trabajos de evaluación de la práctica médica y asistencial empiezan a ser desarrollados por epidemiólogos; respecto a esto haremos referencia al tratado escrito en el siglo XVII por W. Petty que trataba de evaluar y
conocer los resultados de la atención sanitaria haciendo una comparación de los hospitales Londinenses con los hospitales de Parisinos sin olvidar las aportaciones que realizó F. Nightingale y W. Fahr sobre mortalidad hospitalaria en el siglo XIX. Si bien, en el presente capítulo vamos a abordar la calidad desde el pasado más reciente, el siglo XX donde se inicia la época de la evaluación sistemática de la calidad de la atención sanitaria.
Objetivos específicos
- Conocer la definición de calidad asistencial y sus diferentes dimensiones.
- Evolución histórica de los programas de gestión de la calidad asistencial sanitaria.
- Evaluación de la calidad asistencial del sistema sanitario a través de distintas herramientas en busca de la mejora continua.
Capítulo 2. El concepto de calidad
Como ya dijimos anteriormente en la introducción existen múltiples definiciones de calidad, que han evolucionado con el tiempo,pero no existe una sola definición que pueda denotar toda la complejidad del término. Tal como afirman muchos autores, lo más probable es que no se llegue a un criterio general único para medir la calidad de la atención del paciente.
La Real Academia de la Lengua Española define la calidad como “la propiedad o conjunto de propiedades inherentes a una cosa que permiten juzgar su valor, es decir, apreciarla como igual, mejor o peor que las restantes de su misma especie”. De esta definición extraemos sus tres características más importantes;
- El concepto de calidad es un término relativo,
- El término lleva implícito la comparabilidad
- La existencia de un estándar o modelo con el que poder compararse.
El concepto de calidad evoca la idea de algo bueno. Podemos establecer 4 formas diferentes de valorar la calidad:
- Como excelencia, buscar lo mejor en sentido absoluto.
- Como valor relativo, hay que tener en cuenta que alcanzar lo mejor depende de los recursos disponibles.
- Como ajuste a las especificaciones, establecer términos de valoración de la consecución de objetivos y cumplimiento de estándares de calidad
- Como satisfacción de las expectativas de los clientes, se incluye una valoración subjetiva a partir de las opiniones de quienes reciben el producto o servicio.
Una de las definiciones utilizadas en el ámbito industrial y que pone de manifiesto las diferencias que existen entre los diferentes sectores es “la aptitud para el uso, la adecuación a la norma” o la formulada por Juran como la “capacidad para que un producto consiga el objetivo deseado al menor coste posible”.