
ISBN: 978-84-1142-275-8
© Eva González Hamdane
Resumen
El trastorno por estrés postraumático (TEPT) se define como un trastorno desencadenado por un acontecimiento traumático y que se manifiesta en forma de recuerdos intrusivos, conductas evitativas, hiperaurosal o pesadillas replicativas con un impacto perjudicial en la calidad de vida del individuo.
Varios trabajos han informado de alteraciones neurobiológicas como hiperactividad de la amígdala, hipoactividad de la corteza prefrontal y un bajo tono endocannabinoide en áreas corticolímbicas. El uso de cannabinoides en el TEPT ha sido un área de reciente investigación.
Se realiza una revisión sobre el estado actual del uso de cannabinoides y su influencia en los procesos biológicos y conductuales del TEPT, así como en las alteraciones del sueño propias del trastorno. Se halla un cuerpo de literatura pequeño que carece de grandes ensayos controlados aleatorios, con importantes limitaciones metodológicas y que evalúan diferentes compuestos cannabinoides.
Actualmente no se halla suficiente evidencia sobre la eficacia o seguridad de los mismos para el tratamiento del TEPT, siendo necesarios futuros trabajos de investigación en esta área.
Palabras clave: trastorno por estrés postraumático, cannabinoides, cannabidiol, dronabinol.
Introducción
El trastorno por estrés postraumático
El trastorno por estrés postraumático (TEPT) se define como un trastorno que surge como respuesta tardía o diferida a un acontecimiento traumático, de naturaleza excepcionalmente amenazadora o catastrófica, y que pone en peligro nuestra vida o la de los demás (1). Las causas más frecuentes son la muerte inesperada de un ser querido, el abuso sexual, la violencia de género pero también la exposición a una guerra, un ataque terrorista, accidentes de tráfico o desastres naturales (2). Se estima una prevalencia de desarrollo de TEPT del 7%, persistiendo a los 12 meses en un 1,1-3,5%. La prevalencia a lo largo de la vida del TEPT en España es del 1,95% (3), frente a otros países occidentales como Estados Unidos (6,8%) o Canadá (9,2%) (4). Según, la 10ª revisión de la Clasificación Internacional de las Enfermedades (CIE-10), las características típicas del trastorno de estrés postraumático (F.43.1) son:
- Episodios reiterados de volver a vivenciar el trauma en forma de reviviscencias o sueños.
- Sensación de “entumecimiento” y embotamiento emocional, de despego de los demás, de falta de capacidad de respuesta al medio, de anhedonia y de evitación de actividades y situaciones evocadoras del trauma.
- Estado de hiperactividad vegetativa con hipervigilancia, incremento en la reacción de sobresalto e insomnio.
La 5ª edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) pone más atención en los síntomas conductuales y propone 4 clusters diagnósticos en vez de 3: reexperimentación, evitación, cognición-humor negativos y hiperarousal.
Respecto a las alteraciones del sueño en el TEPT, se estima que la prevalencia de las pesadillas postraumáticas puede llegar a ser del 72% siendo en gran medida infradeclaradas. Se consideran parasomnias REM y se definen como sueños disfóricos, extremos y de naturaleza replicativa en las que se revive el trauma provocando insomnio y disfunciones diurnas como somnolencia excesiva, fatiga, dificultades de concentración e irritabilidad con un impacto perjudicial en la calidad de vida del individuo (6). Los trazados de polisomnografía (PSG) de las pesadillas postraumáticas no suelen ser específicos e incluyen un aumento de la latencia REM, una reducción del sueño de ondas lentas y una fragmentación del sueño. El resto de instrumentos disponibles como los diarios de sueños y los cuestionarios, son autoinformados y pueden ser susceptibles de sesgo subjetivo.
Actualmente la primera línea de tratamiento del TEPT es la psicoterapia. Han demostrado su eficacia frente a otros tratamientos psicológicos la terapia cognitiva-conductual centrada en el trauma (TCCCT) y la desensibilización y reprocesamiento del movimiento ocular (DRMO), sin embargo, se estima que entre un 40-60% de los pacientes no responden adecuadamente. El uso de complementos farmacológicos para optimizar la terapia de exposición y mejorar la respuesta al tratamiento ha sido un área reciente investigación activa, si bien durante las últimas dos décadas solo se han aprobado dos medicamentos para el tratamiento del TEPT (paroxetina y sertralina) y han demostrado una eficacia limitada. Un reciente consenso de expertos identificó una lista de mecanismos que deberían ser objeto de investigación para el tratamiento del TEPT, entre ellos, los moduladores del receptor de cannabinoides, también el Informe sobre Cannabinoides de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina ha priorizado el TEPT como un área importante de investigación.