
ISBN: 978-84-1142-236-9
© Carlos Fernández Prieto
Resumen
La inercia de la inmensa mayoría de centros educativos en España lleva muchas veces a los profesionales de la docencia a la adopción del libro de texto como recurso educativo básico en la etapa de Primaria, entre otros recursos tradicionales de enseñanza. Las carencias que un método tan constreñido lleva asociadas suponen en muchas ocasiones una rémora para el proceso de enseñanza/aprendizaje.
El Aprendizaje Basado en Proyectos, cuyo origen se remonta a hace más de 200 años, pero formulada con más concreción por Kilpatrick en 1918 en “The Project Method”, cuenta con una larga trayectoria y con diversidad de corrientes en la actualidad. Supone una alternativa metodológica de gran riqueza en el presente contexto educativo, en el que las aportaciones de la neurociencia, las habilidades del siglo XXI y la necesidad de una educación inclusiva deben estar en la base del trabajo de los docentes. El análisis de los beneficios, dificultades y posibilidades que la adopción de esta metodología como recurso para el desarrollo de contenidos en la etapa de Primaria en el marco del sistema educativo español representan los objetivos del presente trabajo.
PALABRAS CLAVE
Aprendizaje Basado en Proyectos, enseñanza, Primaria, metodología.
Introducción
Justificación
Las carencias del sistema educativo español han ocasionado una insatisfacción general de los agentes implicados en la educación y de la población en general. Sólo un 19 % de los expertos en educación consultados por WISE en 2015 acerca del sistema educativo español lo valoró como satisfactorio, por un 23 % a nivel mundial y un 41 % en el marco de la Unión Europea (EFE, 2015). Un 87 % de los propios profesionales de la enseñanza estiman que el sistema educativo no prepara a los alumnos para “afrontar los grandes retos del siglo XXI”, mientras que el 97 % cree que “el uso de nuevas formas de aprendizaje mejoraría los resultado” (SMConectados, 2014). Asimismo, los resultados obtenidos en las evaluaciones internacionales confirman que existe un margen de mejora amplio.
El último Informe PISA, que tiene entre sus objetivos “profundizar en el concepto de ‘competencia’, referida a la capacidad del alumno de aplicar el conocimiento adquirido dentro y fuera de su entorno escolar, en las tres áreas clave objeto de evaluación del estudio” y “relacionar los resultados de los alumnos con sus capacidades para el auto‐aprendizaje y el aprendizaje a lo largo de la vida, incluyendo su motivación e interés, su auto‐percepción y sus estrategias de aprendizaje” (INEE, 2012, p.8), señala que los resultados han estado claramente por debajo de los promedios de la OCDE, de la UE y de algunos de los países de nuestro entorno.
Entre sus conclusiones, el informe exponía que “el rendimiento educativo (…) permanece justo por debajo de la media de la OCDE a pesar de haber incrementado en un 35% el gasto en educación desde 2003 y de los numerosos esfuerzos de reforma a nivel estatal y regional” y que “el rendimiento medio está por debajo de la media y no mejora” (OCDE, 2013, p.1), esto a pesar de que los alumnos que realizaron las pruebas en 2003 y los que las realizaron en 2012 han pasado por el sistema educativo con dos leyes diferentes (Ley de Ordenación General del Sistema Educativo y Ley Orgánica de Educación, respetivamente).
Desde mi punto de vista, las dos carencias más importantes de nuestro actual sistema educativo son la utilización mayoritaria de una metodología obsoleta, ejemplificada por el uso del libro de texto como herramienta principal, y las lagunas evidentes en los procesos de formación y selección del profesorado (Sanmartín, 2015; Tiana Ferrer, 2011). Factores también importantes, pero en un segundo plano, serían la falta de estabilidad y consenso político en materia de leyes educativas (Pérez Tapias, 2005) y una inversión educativa inferior a la de los países de nuestro entorno (Morcillo, 2014).
De entre los dos factores señalados como los principales, se hace necesario tratar inicialmente la cuestión metodológica. Carecería de sentido el intento de una mejora de los procesos de formación y selección si no existe una idea inicial acerca de cómo conviene que desarrollen su labor los maestros una vez que hayan sido seleccionados. Desde esta óptica, la búsqueda de una alternativa metodológica integradora tiene que estar sustentada en los avances en neuroeducación (Gardner, 1999; Tokuhama-Espinosa, 2013), las habilidades del siglo XXI (Rosefsky Saavedra y Darleen Opfer, 2012) y la inclusividad (Verdugo Alonso, 2003). La encuesta WISE sobre educación (2015, p.8) señala que el 58% de los expertos consultados citan la no utilización del Aprendizaje Basado en Proyectos (la aplicación de las enseñanzas a problemas auténticos) como uno de los problemas importantes en educación Primaria y Secundaria.
Aunque este tipo de enfoques no está exento de críticas y es, de hecho, fuente de controversia, (Delibes, 2006; Moreno Castillo, 2006; Quintana Cabanas, 2005; Royo, citado en Álvarez, 2016, párr..8), la necesidad de una nueva metodología que contemple los avances científicos y el contexto social actual parece difícilmente rebatible.
Índice
RESUMEN
PALABRAS CLAVE
ABSTRACT
KEYWORDS
- INTRODUCCIÓN
1.1 Justificación
1.2 Objetivos
- MARCO TEÓRICO
2.1. La situación educativa en el contexto español
2.1.1 Marco legal e implicaciones metodológicas
2.1.2 Tradición y praxis actual: carencias y críticas
2.2. Los pilares de la enseñanza y el aprendizaje en el siglo XXI
2.2.1 Neuroeducación: el cerebro, las emociones y las inteligencias múltiples
2.2.2 Habilidades del siglo XXI para una sociedad actual
2.2.3 Una escuela inclusiva
2.3 El Aprendizaje Basado en Proyectos como alternativa
2.3.1 Breve historia
2.3.2 Características generales
2.3.3 Pertinencia del Aprendizaje Basado en Proyectos
2.3.4 Las posibilidades de uso en el marco legislativo español
2.4 Un ejemplo de utilización
2.4.1 Diario de aprendizaje
CONCLUSIONES Y PROSPECTIVA
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ANEXO 1. CONTENIDOS CURRICULARES TRABAJADOS EN EL PROYECTO DE EJEMPLO