ISBN 978-84-18991-12-7
© Jesús Margalef Hernández
Introducción
Mitología
La adoración del Toro Sagrado era común en el mundo antiguo. Es quizás más familiar a Occidente por el episodio bíblico del becerro de oro fundido por Aarón y adorado por los hebreos en el monte Sinaí (Éxodo). Se usaron toros jóvenes para marcar fronteras en Tel Dan y Bethel, delimitando el Reino de Israel. En otras culturas, Marduk es el «toro de Utu» y la montura de combate del dios hindú Shivá es Nandi, el toro.
Los unos aparecen representadas en muchas pinturas rupestres del Paleolítico europeo, como las de Lascaux y Livernon (Francia), así como en antiguos grabados. El peligroso Uno sobrevivió hasta la Edad de Hierro en Anatolia y Oriente Próximo, y fue adorado por toda la región como animal sagrado. El Poema de Gilgamesh sumerio describe la muerte del Toro del Cielo, Gugalana, esposo de Ereshkigal, como un desafío a los dioses.
Desde los tiempos más remotos, el toro fue lunar en Mesopotamia, representando sus cuernos la luna creciente, aunque no puede recrearse un contexto específico para los cráneos de toro con cuernos (bucrania) conservados en un santuario del VIII milenio a. C. en Çatalhöyük (Anatolia oriental). El toro sagrado de los Hatti, cuyos elaborados estándares fueron hallados en Alaca Höyük junto a los del ciervo sagrado, sobrevivió en las mitologías hurrita e hitita como Seri y Hurri (‘Día’ y ‘Noche’), los toros que llevaban al dios del tiempo Teshub sobre sus espaldas o en su carro, y que pacían en las ruinas de las ciudades. En Chipre se usaron máscaras rituales de toro hechas con cráneos reales. En esta isla se han hallado figuritas de terracota llevando máscaras de toro y altares de piedra neolíticos con cuernos de toro.
En la mitología egipcia el toro fue adorado como Apis, la encarnación de Ptah y más tarde de Osiris. Una larga serie de toros ritualmente perfectos fueron identificados por los sacerdotes del dios, hospedados en el templo toda su vida, embalsamados y encerrados en sarcófagos gigantes. Una larga secuencia de sarcófagos monolíticos se guardaba en el Serapeo y fue redescubierta por Auguste Mariette en Saqqara en 1851. El toro también fue venerado como Mnewer, la encarnación de Atum-Ra, en Heliópolis. En egipcio, Ka es tanto un concepto religioso de la fuerza o poder vital como la palabra para ‘toro’.
Walter Burkert resumió la revisión moderna de una identificación superficial y difusa de un dios que era idéntico a su víctima sacrificial, que había creado analogías sugestivas con la eucaristía cristiana para una generación anterior de mitógrafos.
Introducción a los festejos de Bous al Carrer
Hablar de Bous al Carrer, es hablar de fiesta.
Cuando en un pueblo / ciudad se están celebrando festejos taurinos, a estos les rodea un ambiente festivo. Todo el pueblo celebra cenas, se junta el pueblo en la plaza, se realizan actividades para los más pequeños, calles sin coches, verbenas para los más jóvenes, y los que no lo son tanto, eventos deportivos. Se ofrenda al patrón o patrona. Son días especiales, generalmente, una vez al año, en el que todo el mundo disfruta. Y el que tiene afición al “Bous al Carrer” aún tiene este complemento perfecto.
Para la celebración de los festejos taurinos tradicionales (Bous al Carrer) deberá disponerse, en todo caso, de un servicio médico-quirúrgico atendido por un médico que será el jefe del servicio y un Diplomado Universitario en Enfermería, que le asistirá en sus funciones, para la inmediata atención de los heridos o accidentados que puedan producirse.
Índice
- INTRODUCCIÓN
1.1 Mitología
1.2 Historia
1.3 Introducción a los festejos de Bous al Carrer
1.4 Decreto vigente: Capítulo IV (artículo 18, 19 y 20)
1.5 Distintos tipos de evento taurino
1.6 Peligros directos e indirectos (lesiones más comunes)
1.7 Análisis del trauma taurino
1.8 El equipo Médico en Bous al Carrer
- HIPÓTESIS Y OBJETIVOS
- MATERIAL Y MÉTODOS
- RESULTADOS
- DISCUSIÓN
- CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
AGRADECIMIENTOS
ANEXOS DOCUMENTACIÓN