
ISBN: 978-84-1142-387-8
© Natalia Sanz Horcajo, Elisenda García Fernández, Malena López García, Ana Pérez Ortega, Blanca Lucía Roldán Prieto, Belén Sojo Elías
https://doi.org/10.58842/NISF2700
Resumen
El accidente cerebrovascular (ACV) representa un grave problema de salud, siendo la primera causa de mortalidad en mujeres y la segunda en hombres. Además, es la primera causa de secuelas neurológicas permanentes en España. Es una urgencia neurológica y requiere una atención temprana, cuyas acciones brindadas por Enfermería se realizan de inmediato tras la llegada del paciente a urgencias, se desarrollan durante todo su ingreso y posteriormente en la rehabilitación.
Se han estudiado los aspectos anatómicos, fisiológicos y epidemiológicos del ictus. Posteriormente, se han analizado las fortalezas y limitaciones de las principales guías y protocolos de actuación a nivel internacional y nacional, y, por último, se ha elaborado una guía propia de actuación al paciente que sufre un accidente cerebrovascular en las primeras 24 horas teniendo en cuenta las guías publicadas para mejorar la intervención enfermera y el tiempo puerta- aguja.
Asimismo, se ha desarrollado una campaña de salud respecto a la prevención y actuación precoz del accidente cerebrovascular dirigido a población general.
Por todo ello, este trabajo pretende mejorar los tiempos de calidad de los cuidados, aportando mayor seguridad del paciente y facilita el desarrollo de la profesión enfermera estableciendo guías de actuación. Estas guías deben ser actualizadas para fomentar la investigación.
Palabras clave: accidente cerebrovascular, ictus, Enfermería, actuación, guías, protocolos, prevención.
Introducción
El accidente cerebrovascular (ACV) es la interrupción repentina del flujo sanguíneo continuo al cerebro. Este suceso conlleva la muerte de células cerebrales al no recibir oxígeno y nutrientes. La interrupción del flujo sanguíneo puede ocurrir mediante dos mecanismos: obstrucción (ictus isquémico) o hemorragia (ictus hemorrágico). Tras esta división existen más subdivisiones para la clasificación de los ictus que son más precisas según el origen y causa del accidente cerebrovascular. Supone una urgencia neurológica y, por ello, necesita la atención inmediata. En el ictus de origen isquémico, existe un tiempo llamado “ventana terapéutica” el cual nos permite minimizar las consecuencias del ictus debido a que la isquemia se desarrolla progresivamente.
Respecto a los datos estadísticos, el ictus supone la primera causa de mortalidad en mujeres y la segunda en hombres en España. Además, es la primera causa de secuelas neurológicas permanentes para ambos sexos.
Los efectos del ACV son variados ya que depende de la localización de la obstrucción o hemorragia en la zona del cerebro implicada y las consecuentes funciones de esa determinada área. De manera generalizada los principales efectos inmediatos son según el National Institutes of Health:
- Pérdida de fuerza repentina en la mitad del cuerpo (cara, brazo y pierna del mismo lado).
- Confusión, pérdida de conciencia o desorientación repentina.
- Pérdida de sensibilidad u hormigueos en la mitad del cuerpo.
- Pérdida súbita de visión en un ojo.
- Dolor de cabeza muy intenso distinto del habitual repentino sin causa conocida.
- Problemas en el habla.
Los síntomas se presentan con un inicio brusco e inesperado y es fundamental disminuir en la mayoría de lo posible los retrasos en la atención médica ya que cuanta mayor interrupción sanguínea, el paciente sufrirá mayores consecuencias irreversibles.
Tras la detección de la focalidad neurológica se activa el Código Ictus, que tras la realización de la tomografía axial computarizada (TAC) y otras pruebas pertinentes se determinará el tratamiento. Ante el ictus isquémico, siendo este el más frecuente 80-85%, el tratamiento de primera elección sería la trombólisis endovenosa. Este tratamiento de reperfusión cerebral depende como primer factor de inclusión del tiempo y conlleva estrictos cuidados enfermeros. Este tratamiento requiere cumplir los criterios de inclusión y por ello antes de su inicio es necesario corroborarlo. Por otro lado, ante el ictus hemorrágico es necesario identificar la causa y localización de la hemorragia. Posteriormente, se trataría la causa y en muchas ocasiones es necesaria la neurocirugía. Los cuidados enfermeros se extienden desde la llegada del paciente en Urgencias hasta su posterior alta junto con la rehabilitación. En el primer momento están enfocados estabilizar al paciente y tras ello, a controlar la tensión arterial, la glucemia y la temperatura ya que son parámetros que suelen alterarse en la fase aguda del ictus y tienen repercusiones en la evolución y pronostico del paciente junto con las secuelas posteriores. Dependiendo del paciente y su diagnóstico de origen del ictus se individualizarán los cuidados, destacamos los cuidados ante el paciente que presenta ictus isquémico ya que, si cumple criterios para realizar el tratamiento fibrinolítico, la función enfermera es de vigilancia y monitorización. Esto es debido a la medicación aportada y sus graves efectos secundarios y complicaciones con atención especial a la hemorragia.
Índice
Resumen
Abstract
1. Introducción
2. Justificación
3. Objetivos
4. Metodología
5. Resultados
5.1. Concepto y epidemiología
5.2. Recuerdo anatómico
5.3. Clasificación del ictus
5.4. Factores de riesgo
5.5. Síntomas
5.6. Guías y protocolos
5.7. Guía de cuidados de Enfermería en las primeras 24 horas
5.8. Campaña de educación para la salud
6. Conclusiones
7. Bibliografía
8. Anexos