ISBN 978-84-19078-98-8
© Francisco José Gómez Muñoz
Presentación
Nuestro mercado laboral se encuentra en una fase de profunda transformación y origina que muchas personas trabajadoras sientan la necesidad de construir su propio espacio de actividad a través de la puesta en marcha de un nuevo proyecto empresarial y teniendo una aspiración y ambición legítima a iniciar una nueva aventura empresarial, en la que puedan plasmar sus ilusiones y sus conocimientos donde ellos sean dueños de su destino laboral.
Tenemos que compartir y fomentar el emprendimiento, como un valor en la sociedad. Ser empresario significa gestionar tu propia vida profesional, tomar las riendas de tu futuro, a pesar de las dificultades y sinsabores, pero con ilusión, espíritu de superación y ganas de salir adelante.
La idea de emprender y poner en marcha un proyecto empresarial no está exenta de riesgos, muchos de los cuales se pueden minimizar con una buena formación y herramientas que permitan planificar su idea de negocio para asegurarle el éxito del proyecto.
Ya que ser emprendedor y tener éxito no es cuestión de suerte, con esta guía pretendemos facilitar a los emprendedores las principales pautas a seguir a la hora de iniciar su proyecto, así como servir de orientación y de información a todos aquellos que se plantean del autoempleo como un acceso al mercado laboral.
Esta guía se ha estructurado de forma práctica, ofreciendo los pasos que se deben seguir a la hora de emprender.
Esperamos que el contenido de esta guía sea de utilidad y os ayude a conseguir el éxito de vuestros proyectos.
La idea de negocio y los emprendedores
El iniciar una actividad empresarial implica aspectos muy positivos, entre los que podemos destacar:
• Independencia.
• Organización del trabajo de forma autónoma.
• Satisfacción personal.
• Mayor prestigio social.
• Mayores ingresos.
• Estabilidad en el empleo.
• Estímulo de la propia creatividad.
Todo proyecto de empresa se desarrolla en torno a una idea, que surge como consecuencia de la detección de una oportunidad de negocio.
Las ideas de negocio que finalmente resultan más exitosas, responden a una necesidad sentida por el emprendedor en un momento determinado, que carece de respuesta. Y gracias a aquella, esboza una posible solución que impactará la vida de las personas y, a largo plazo, la economía de un sector, región o país. Pero fundamentalmente, significa que alguien (gobiernos, empresas, consumidores) estarán dispuestos a pagar por ella de modo consistente y constante.
Sin embargo, son muchos los factores que pueden llevar a una persona a inclinarse por un negocio en concreto. Con carácter general puede venir determinada por alguno de los siguientes:
• Oportunidades de negocio en mercados poco abastecidos, de nueva creación o con un alto
• potencial de crecimiento
• Conocimientos técnicos sobre mercados, sectores o negocios concretos
• Simplicidad del negocio
• Franquicias
Una vez definida la idea y antes de entrar en su análisis más detallado, conviene que los promotores se planteen algunas preguntas:
• ¿Se trata de una idea realista?
• ¿Es viable técnicamente?
• ¿Es viable desde el punto de vista económico?
• ¿Se está en condiciones de poder acometerla?
• ¿Su rentabilidad justifica los esfuerzos necesarios para ponerla en marcha?
Pero sin duda el factor más importante es la ilusión o confianza que los promotores tienen en la idea, así como algunas cualidades del emprendedor.
Si bien, no existen cualidades y aptitudes concretas que califiquen a los emprendedores de éxito, pero sí existen algunas características de la personalidad del emprendedor, que de forma individual o en unión con otros emprendedores en proyectos de autoempleo colectivo se pueden potenciar para asegurarlo.
La siguiente lista no es exhaustiva. De cualquier modo, con esta enumeración la persona puede conocer con qué puntos débiles y fuertes cuenta, y así poder adoptar soluciones adecuadas a sus carencias:
• Creatividad / innovación
• Entusiasmo
• Autoconfianza.
• Asunción de riesgo.
• Afán de superación y aprendizaje
• Adaptación al cambio
• Resistencia al fracaso
• Gran capacidad de trabajo
Finalmente queremos terminar haciendo hincapié con que, si bien la idea es importante, pero no es desde luego determinante. Muchas personas piensan que su idea debe ser innovadora y que no debe ser objeto de copia por otros, pero se equivocan. La clave está en la ejecución que de esta idea pueda hacerse por el equipo que ponga en marcha el proyecto.