
ISBN: 978-84-1142-174-4
© Óscar Sánchez Navarro, Inma García Arcos, Yolanda Ruiz Miravete, Lara de León Jackson, Lorena Garcerán Hernández, Laura Prior Fernández
Introducción
Definición
El shock es un estado en el cual la demanda de oxígeno por parte de las células del organismo es mayor a la capacidad de abastecimiento. Dependiendo de cuál sea su causa, se tratará de un tipo de shock u otro. De manera general, existen 4 tipos de shock: hipovolémico, cardiogénico, obstructivo y distributivo.
El manejo del shock hipovolémico es muy diferente dependiendo de si existe pérdida hemática o no, es por ello que se utiliza el término shock hemorrágico para especificar su etiología.
Epidemiología
El trauma es considerado la principal causa de muerte en todo el mundo, la mitad de las cuales son debidas a una hemorragia interna o externa. Es la tercera causa de muerte en personas de todas las edades y la primera causa de muerte en personas jóvenes hasta 44 años. Alrededor de 5,8 millones de personas fallecen cada año a consecuencia del trauma.
En España, el trauma es considerado la primera causa de muerte en personas de entre 15 y 39 años. Las principales causas del trauma en España son los accidentes de tráficos, las caídas y las precipitaciones.
Fisiopatología
El shock hipovolémico ocurre cuando existe una deshidratación severa, pudiendo ir acompañado de afectación cardíaca. Esta deshidratación puede ser causada por quemaduras, diarreas, vómitos, sudoración excesiva o bien por una hemorragia.
El shock hemorrágico es un tipo de shock hipovolémico, caracterizado por la pérdida hemática de una gran cantidad de volumen debido principalmente a un traumatismo exanguinante o como complicación de una intervención quirúrgica.
En el shock hemorrágico, a diferencia del shock hipovolémico, no solo existe una deshidratación, sino también una pérdida de células hemáticas. Por lo tanto, durante el manejo del shock hemorrágico no será solo necesario restituir hídricamente al paciente, sino también asegurar que las células hemáticas sean suficientes para poder oxigenar los tejidos.
En caso de que las células no dispongan de oxígeno debido a esta deshidratación, existirá hipoxia tisular. La hipoxia tisular lleva a las células a detener su metabolismo aerobio para pasar a realizar un metabolismo anaerobio, el cual tiene como resultado la producción de ácido láctico como producto de desecho. Este ácido láctico, también llamado lactato, es desechado en la sangre. Su acumulación produce acidosis metabólica.
Los mecanismos compensadores del cuerpo tratarán por todos los medios de mantener la tensión arterial en unos niveles adecuados que permitan la perfusión tisular de órganos vitales, por lo que inicialmente existirá una vasoconstricción generalizada. Este mecanismo si es mantenido en el tiempo puede resultar en fallo multiorgánico con el tiempo, debido a la hipoperfusión de órganos como riñones, hígado, intestinos, etc.
Se debe de tener en cuenta diferentes aspectos a la hora de intervenir en una situación de este tipo, pero existen dos objetivos generales principales: el control activo de la hemorragia y la restauración de la volemia o reanimación del paciente.
Índice
1 INTRODUCCIÓN
1.1. DEFINICIÓN
1.2. EPIDEMIOLOGÍA
1.3. FISIOPATOLOGÍA
1.4. TRATAMIENTO
1.5. JUSTIFICACIÓN
2. METODOLOGÍA
2.1. DISEÑO
2.2. BASES DE DATOS Y ESTRATEGIA DE BÚSQUEDA
2.3. METODO DE CRIBADO DE LOS ESTUDIOS
3. RESULTADOS
3.1. DESCRIPCIÓN DE LOS RESULTADOS DE LOS ESTUDIOS
3.2. MORTALIDAD
3.3. ESTABILIZACIÓN HEMODINÁMICA
4. DISCUSIÓN
4.1. LIMITACIONES DEL ESTUDIO
4.2. EVIDENCIA EXTERNA
5. CONCLUSIÓN
6. BIBLIOGRAFÍA
7. ANEXOS