
ISBN: 978-84-1142-093-8
© Isabel Calvo Campos, Ernesto Jesús Espin Lorite, Soraya Benítez Iglesias, Amparo Torrero Ruiz, Marta Gil García-Ajofrín, Paula Sánchez Mora
Resumen
El ictus supone la primera causa de muerte en mujeres, la primera causa de secuelas neurológicas para ambos sexos y la segunda causa de demencia. Pero lo más importante es que casi el 90% de los ictus son evitables.
La prevención de los factores de riesgo, así como la detección y tratamiento específico precoz supone la reducción de la morbimortalidad asociada a la patología cerebrovascular.
El Código Ictus permite optimizar los tiempos de atención inicial, aumentando las probabilidades de recuperación con las mínimas secuelas posibles, así como unificar los criterios de actuación en cada comunidad autónoma.
Se puede concluir que el papel asistencial que desempeña la enfermera en todo el proceso del ictus influye en la mejoría de la calidad de vida y disminución de las recurrencias en los pacientes que lo sufren. Así, gracias al abordaje integral que brindamos desde una perspectiva multidisciplinar, perseguimos la excelencia de los cuidados basados en la evidencia científica.
Palabras clave: accidente cerebrovascular, Código Ictus, cuidados enfermeros.
Introducción
El Ictus es una enfermedad cerebrovascular que cursa con una aparición súbita de los síntomas neurológicos focales producidos por trastornos de la circulación cerebral. Las dos grandes causas son la isquemia (ictus isquémico) y la hemorragia cerebral (ictus hemorrágico).
En el año 2021, la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES) publicó que, en España, “cerca de 120.000 personas sufren un ictus al año, de las cuales alrededor de 40.000 fallecen. Además, cerca de un 30% de los pacientes sufren algún tipo de discapacidad tras un ictus […] más de 330.000 españoles presentan alguna limitación en su capacidad funcional por haber sufrido un infarto cerebral.” Pero esto no es todo, ya que esta enfermedad “supone un coste directo sanitario de 2 mil millones de euros al año y un coste indirecto de 6.500 millones de euros anuales”.
Con estos datos, el ictus, además, es la primera causa de muerte en mujeres (según datos de la Sociedad Española de Neurología), la primera causa de secuelas neurológicas para ambos sexos en la persona adulta y la segunda causa de demencia (después del Alzheimer).
Así, teniendo en cuenta la información descrita, el Ictus afecta a gran parte de la población, tanto de forma global en España, como en Castilla La-Mancha.
Aunque esta patología conlleva un gran problema de salud y su manifestación es súbita y brusca, permite una prevención, tratamiento y recuperación. Los profesionales enfermeros tienen un papel importante en la educación para la salud acerca de la prevención o eliminación de los factores de riesgo que pueden desencadenar un ictus y de la enseñanza a la población para detectar precozmente los síntomas de la enfermedad con el fin de recibir ayuda profesional de manera inmediata. Además, existen una serie de cuidados específicos de enfermería junto con un equipo multidisciplinar para el tratamiento del paciente con Ictus agudo, los cuales están evidenciados científicamente y respaldados por protocolos y unos cuidados centrados en la recuperación y rehabilitación de las secuelas que provoca la patología.
Respecto al manejo del paciente con ictus isquémico agudo en situación de urgencia, los cuidados específicos se describen detalladamente en el Código Ictus del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM).
Estos protocolos se desarrollan dentro de las Unidades de Ictus, las cuales son organizaciones multidisciplinares formadas por un equipo especialista, y que prestan atención las 24 horas del día. Cuentan con servicios diagnósticos y terapéuticos destinados al tratamiento específico del ictus. Gracias a estas unidades asistenciales se reduce la morbimortalidad asociada al accidente cerebrovascular, ya que permiten detectar y comenzar de manera inmediata el tratamiento de la patología, así como prevenir o diagnosticar las recurrencias asociadas gracias al cuidado integral del paciente por parte del equipo profesional.
Para lograr los objetivos que se esperan de estas unidades, es necesario que los profesionales que la constituyen tengan unos conocimientos especializados acerca del ictus. Así, las enfermeras debemos planificar los cuidados necesarios bajo la evidencia científica y asegurar el abordaje integral de la persona que sufre un ictus mediante la intervención multidisciplinar con el resto del equipo de profesionales.
Las enfermeras intervenimos en el proceso del ictus desde la prevención y detección del mismo, hasta el diagnóstico y tratamiento de las complicaciones que supone; teniendo un papel esencial en la fase aguda de la patología mediante los cuidados específicos prestados a la persona afectada.
Índice
I. RESUMEN
II. ABSTRACT
III. INTRODUCCIÓN
IV. JUSTIFICACIÓN
V. OBJETIVOS
VI. METODOLOGÍA
VII. DESARROLLO
1. ACCIDENTE CEREBROVASCULAR AGUDO: ICTUS
1.1 FACTORES DE RIESGO. PAPEL DE LA ENFERMERA
1.2 SIGNOS Y SÍNTOMAS. PAPEL DE LA ENFERMERA
2. CÓDIGO ICTUS: SESCAM
2.1 CRITERIOS DE CÓDIGO ICTUS PARA TROMBÓLISIS IV
2.2 CRITERIOS DE CÓDIGO ICTUS PARA TROMBECTOMÍA ENDOVASCULAR MECÁNICA (TEM)
2.3 MODALIDADES DE ACCESO AL SISTEMA INTEGRAL DE URGENCIAS
2.4 CUIDADOS DEL PACIENTE EN EL CÓDIGO ICTUS
2.4 FIBRINOLISIS INTRAVENOSA. CUIDADOS ENFERMEROS
3. SECUELAS DEL ICTUS. PAPEL DE LA ENFERMERA
4. UNIDAD DE ICTUS. FORMACIÓN Y TRABAJO MULTIDISCIPLINAR
VIII. CONCLUSIONES
IX. BIBLIOGRAFÍA
X. ANEXOS