
ISBN: 978-84-1142-261-1
© Marta Lozano Martín, Anisa Mohamed Bouzian, Sara Chaib Abderrahman, Hanan Mohamed Mohamed, Débora Pérez Martínez, Hadriel Mehamed González
Resumen
Introducción
Una colostomía consiste en una cirugía realizada en la pared abdominal que desvía el contenido intestinal al exterior de forma total o parcial mediante un estoma. Actualmente, hay unas 70 000 personas ostomizadas en España, incidiendo especialmente en personas con un rango de edad entre 50 y 60 años. Las personas que presentan ostomía manifiestan cambios fisiológicos, psicológicos, emocionales, físicos y sociales que influyen notablemente en su calidad de vida. Por ello, el papel que desarrolla la enfermera junto al apoyo familiar es fundamental.
Objetivo
El objetivo es desarrollar un plan de cuidados individualizado a una paciente colostomizada, a través de la taxonomía enfermera NANDA-NOC-NIC.
Metodología
Para la búsqueda de información se utilizaron artículos científicos de las diferentes bases de datos y páginas web. Con la información recopilada se ha elaborado un plan de Henderson y la taxonomía NANDA, NOC y NIC.
Conclusiones
La paciente mejoró tras las intervenciones ofrecidas, cumpliendo la mayoría de los objetivos propuestos gracias a los cuidados prestados durante su mes de seguimiento, necesitando más tiempo para cumplir los que no han alcanzado su máximo nivel. Así pues, el plan de cuidados es el adecuado para personas colostomizadas aunque requieran más tiempo, mejorando la calidad de vida de estos pacientes.
Palabras clave
Colostomía, ostomía, plan de cuidados, calidad de vida, Enfermería, educación sanitaria.
Introducción
La ostomía se define como una práctica quirúrgica en la que se realiza una abertura artificial llamada estoma en la pared abdominal, dando salida al exterior a una víscera con el fin de conseguir el proceso de eliminación, ya sea de heces, orina u otras secreciones a una bolsa que se encuentra adherida a la piel. Dependiendo del órgano expuesto, podemos encontrar “colostomías, ileostomías u urostomías”. También existen las ostomías de nutrición y drenaje (Mateo, 2019).
Actualmente, hay un elevado número de personas ostomizadas en España, siendo exactos unas 70 000 y todos los años continúan apareciendo unos 2 300 casos más (Mateo, 2019). De hecho, existen diferentes estudios que manifiestan que hay un paciente colostomizado de cada 1 000 personas, incidiendo especialmente en un rango de edad entre 50 y 60 años (Julca, 2020).
Las causas más frecuentes por las que están indicadas las colostomías son el cáncer colorrectal, las enfermedades inflamatorias intestinales destacando la diverticulitis, traumatismos, obstrucciones, fístulas del colon, enfermedad de Hirschprung, malformaciones y ano imperforado en niños (Bastidas y Galarza, 2016). Cabe destacar, que un porcentaje mayor al 50% de colostomías se realizan como consecuencia al cáncer de colon, es el diagnostico primordial para la realización de un estoma en la porción del colon (De Huesca, 2019).
Una colostomía consiste en una cirugía realizada en la pared abdominal que desvía el contenido intestinal al exterior de forma total o parcial mediante un estoma (Bastidas y Galarza, 2016). Se clasifican según la porción intervenida y el periodo de permanencia.
En función del tiempo de permanencia podemos encontrar, colostomías temporales o permanentes:
- Temporal: se realiza de urgencia durante un periodo de tiempo para solventar la etapa aguda de algunas enfermedades evitando sus complicaciones, cuando se resuelve el problema se cierra volviendo a tener el tránsito intestinal normal (Martínez & Rugama, 2008). Desafortunadamente, el 20-70% de los estomas temporales nunca se cierran (Chávez Fernández, 2021).
- Permanente: se realiza cuando no se puede resolver el problema con la extirpación de alguna parte del colon, es decir, cuando el tránsito intestinal no vuelve a su normalidad tras la intervención o bien, es imposible la intervención del paciente debido a otros motivos (edad u otras patologías) (Sánchez, 2018).
Después de la realización de la intervención, la eliminación de las heces al exterior se produce a través de un sistema adherido a la piel, este está formado por un anillo cuya función es proteger la piel y una bolsa colectora. Estos sistemas aparte de ser inoloros e impermeables, pueden estar compuestos por una o dos piezas (Gómez y Nuño, 2021). Los dispositivos de una pieza están compuestos de una placa o adhesivo junto con la bolsa, mientras que los dispositivos de dos piezas disponen de los mismos materiales, pero estos van separados y se deben ajustar entre sí. Normalmente, las bolsas de una pieza requieren su cambio unas 2 a 3 veces al día, sin embargo, las de dos piezas se realiza entre 2 a 3 veces por semana, siempre adaptándose a las necesidades del paciente. Las bolsas pueden ser cerradas cuando es necesario su remplazo para el desecho de heces o abiertas cuando posee un sistema de cierre con una pinza por lo que cuando se desee vaciar se puede hacer sin tener que realizar un cambio de bolsa (Sariego, 2022).
Es probable que las colostomías tengan algunas complicaciones, algunas de gran importancia y otras comunes y sin ningún riesgo. Estas complicaciones se clasifican según el momento en el que se manifiestan, pudiendo ser precoces cuando aparecen en los 30 días posteriores a la presencia del estoma siendo su causa principal deficiencias en la cirugía, o bien, tardías cuando aparecen tras 30 días, que suelen estar relacionadas con los cuidados deficientes del estoma (Chero, 2021).
No hay que olvidar que un estilo de vida sedentario, una inapropiada nutrición y la falta de educación sobre los cuidados del estoma pueden provocar diversas complicaciones (Valarezo, 2018).
Las personas que presentan ostomía manifiestan cambios fisiológicos, psicológicos, emocionales, físicos y sociales que influyen notablemente en su calidad de vida. Entre estos cambios encontramos el cambio en la imagen corporal, los ruidos intestinales, pérdida del control del esfínter, el control de gases, el olor, el cuidado respecto al llenado de la bolsa o la irritación de la piel que rodea el estoma, entre otros (Charúa et al., 2011).
El estado anímico del paciente en la fase previa y posterior a la cirugía se caracteriza básicamente por aparición de síntomas ansiodepresivos (Batista et al., 2011). Debido a todo esto, los pacientes desencadenan sentimientos de estrés, inseguridad o angustia provocando en ellos trastornos emocionales que conllevan al aislamiento incrementando sus miedos (Fernández et al., 2021).
Convivir con la bolsa de colostomía puede generar en el paciente situaciones emocionales difíciles, encontrando dificultades para asumir su situación actual y futura. Dicha situación puede provocar situaciones de baja estima, estados de ánimo cambiantes y producir una alteración en las relaciones con las personas que conviven en su entorno, así como su propio rechazo. Estos sentimientos encontrados vienen motivados entre otras causas por un cambio en la imagen y en el comportamiento cotidiano que exige el tratamiento de esta enfermedad. Diversos estudios realizados a personas portadoras de una colostomía, recogen testimonios reales donde se expresan sentimientos de miedo, prejuicios, inferioridad e incluso tienen pensamientos suicidas (Batista et al., 2011). Todas estas modificaciones están orientadas a una disminución de la vida social e inconvenientes para reanudar las actividades de la vida diaria (Andrés, 2016). No obstante, cada paciente reacciona diferente, esto depende principalmente de las características personales (edad, sexo,…), de su entorno y del pensamiento que tenga sobre la situación (Sánchez, 2018).
Uno de los aspectos que puede verse afectado negativamente por esta enfermedad es el tema de la sexualidad, hay estudios que demuestran que aparte de la disfunción sexual que puede producirse debido a la cirugía exponen cambios mayoritariamente por causas psicológicas como es la infravaloración, preocupación, angustia, vergüenza, rechazo a su propio cuerpo o miedo (Campillo et al. 2021). Como educadores de salud, hay que insistir en estos pacientes primordialmente en que los cambios en la imagen corporal no deben suponer ningún obstáculo para el desarrollo normal de relaciones sexuales siempre que el paciente controle esos miedos injustificados e interioricen que la bolsa no representa ningún impedimento para el desarrollo de la actividad sexual, siendo recomendable que dichas relaciones se reanuden tan pronto como el paciente esté preparado (Batista et al., 2011).
Índice
RESUMEN
INTRODUCCIÓN
JUSTIFICACIÓN
OBJETIVOS
OBJETIVO GENERAL
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
METODOLOGÍA
PLAN DE CUIDADOS
VALORACIÓN
FASE DIAGNÓSTICA
FASE DE PLANIFICACIÓN
FASE DE EJECUCIÓN
FASE DE EVALUACIÓN
CONCLUSIONES
REFERENCIAS
ANEXOS