ISBN: 978-84-1142-024-2
© Pascual Prieto López
Resumen
Con este trabajo se pretende acercarnos al mundo de las Necesidades Educativas Especiales, y en concreto, a las Necesidades Educativas de los niños que presentan Trastorno del Espectro Autista.
Por ello se ha realizado un acercamiento al término Trastorno del Espectro Autista, sus Necesidades Educativas y los posibles modelos de intervención que se han usado o están usando en la actualidad.
Se ha elegido la intervención musicoterapéutica, ya que en la actualidad no es una práctica demasiado extendida en el ámbito educativo, y en concreto en colegios de dominio público, por ello se ha hecho un acercamiento al término de Musicoterapia y sus beneficios en los niños con Trastorno del Espectro Autista. Se ha diseñado un programa de intervención, donde se pueden ver ejemplos de sesiones que se pueden realizar con el fin de obtener beneficios con el alumnado y su inclusión en el aula ordinaria.
PALABRAS CLAVE: trastorno del Espectro Autista, musicoterapia, Aulas abiertas, educación, intervención, inclusión.
Introducción
Antecedentes en el tratamiento del Trastorno del Espectro Autista
La primera vez que aparece el término autismo es en 1911 por Euge Bleuler, siendo utilizado para designar a pacientes con esquizofrenia gravemente aislados (Alcantud y Alonso, 2015).
Habrá que esperar al año 1943 para que Leo Kanner hable de las características que presentaban once niños a los que estudió, describiendo su sintomatología en su obra «Trastornos Autistas del Contacto Afectivo».
Hans Asperger, según indica Frith (como se citó en Calle y Utria, 2006) publicó en su tesis doctoral una descripción de cuatro niños con habilidades sociales, lingüísticas y cognitivas muy inusuales y en el que el retraso mental no era prominente. Utilizó el término «psicopatía autista» para referirse a lo que consideraba una forma de desorden de la personalidad.
Será entre los años 50 y los 80 cuando surjan modelos de autismo basados en investigaciones empíricas y fiables, en detrimento del modelo conductual o psicoanalítico. Poco a poco se desecharía la teoría sobre autismo basada en la falta de apego paternal, cobrando relevancia la alteración neurobiológica como la causante de un trastorno cognitivo, y que se manifestaría en dificultades sociales, comunicación y lenguaje (Alcantud & Alonso, 2013).
Lorna Wing y Judith Gould en 1979 comenzaron a investigar este trastorno, definiendo la tríada de los elementos afectados en el autismo: deficiencias en la interacción social, deficiencias en la comunicación y la imaginación, y conductas repetitivas y estereotipadas. Esta afectación consiste en un retraso o un funcionamiento anormal manifestado en estas tres áreas antes de los tres años. (Morante, 2013)
El DSM-II (1980) separará por primera vez autismo de las psicosis infantiles para incluirlo dentro de los trastornos del desarrollo (Alcantud & Alonso, 2015).
El DSM-IV (1994) y posteriores distinguirán entre Trastorno Autista, Trastorno Generalizado del desarrollo, Trastorno de Rett, Trastorno de Asperger y Trastorno Desintegrativo Infantil, siendo englobado todos como Trastorno Generalizado del desarrollo (TGD), teniendo todos en común características como perturbación grave y generalizada de varias áreas del desarrollo: habilidades para la interacción social, habilidades para la comunicación o la presencia de comportamientos, intereses y actividades estereotipados.
Con la llegada del DSM-V (2013) El Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) es una categoría única dentro de los trastornos del neurodesarrollo, englobando el trastorno autista, síndrome de Asperger y el trastorno generalizado del desarrollo no especificado. En esta nueva clasificación el Trastorno de Rett y el Trastorno Desintegrativo de la infancia dejan de ser recogidos por el DSM-V, el primero por tener una base genética y el segundo por presentar problemas de validez, por ello aporta diferencias sustanciales en ciertos criterios diagnósticos respecto al anterior manual diagnóstico.
Actualmente los niños con TEA compartirán los criterios que se muestran a continuación, variando el grado de afectación. Es por ello que se deberá especificar en el diagnóstico si además aparece con ó sin déficit intelectual acompañante; con o sin deterioro del lenguaje acompañante; asociado a una afección médico genética, o a un factor ambiental conocido; asociado a otro trastorno del neurodesarrollo, mental o del comportamiento o existencia de catatonía.
Esta ampliación de los criterios diagnósticos posiblemente sean los responsables del aumento de la prevalencia en el TEA, como arrojan los estudios realizados a través de Autism and Developmental Disabilities Monitoring (ADDM), los cuáles han mostrado un aumento del 78% en la prevalencia comparando estudios de 2002 (6.4: 1000 niños) versus estudios de 2006 (9:1000) (Mera, 2016).
Índice
- Introducción
1.1. Antecedentes en el tratamiento del Trastorno del Espectro Autista
1.2. Necesidades Educativas Especiales
1.2.1. Evolución de las Necesidades Educativas Especiales
1.2.2. Proceso de identificación de las Necesidades Educativas Especiales del alumnado TEA
1.2.3. Las Necesidades Educativas Especiales del alumnado con TEA
1.2.4. Organización de la respuesta educativa
1.3. Intervención educativa
- Musicoterapia
2.1. Concepto de musicoterapia
2.2. Musicoterapia en el ámbito educativo
2.3. Musicoterapia y Trastorno del Espectro Autista
- Programa
3.1. Objetivos del programa
3.2. Población diana
3.3. Técnicas y objetivo
3.4. Estructura del programa
3.4.1. Plan de sesiones
- Propuesta de evaluación del impacto e implementación
4.1. Evaluación de la implementación
4.2. Evaluación del impacto de la propuesta de intervención
4.3. Metodología de investigación para la evaluación del impacto y la implementación
4.3.1. Muestra
4.3.2. Diseño
4.3.3. Instrumentos
4.3.4. Plan de análisis estadístico
4.3.5. Limitaciones
- Bibliografía
- Anexos