
ISBN: 978-84-18507-72-4
© Mª Jesús Marín García
https://doi.org/10.58842/GLSJ6238
Resumen
Durante la adolescencia, caracterizada por la adquisición de la identidad personal, los y las jóvenes tienden a no identificar todos los tipos de violencia de género, ignorando así la violencia de género ejercida por el control. La incidencia de violencia de control entre las mujeres de 16 a 19 años es del 18,7%. Es un trabajo exploratorio cuyo objetivo principal se centra en conocer qué entienden los y las jóvenes por una relación afectiva sana y si consideran sanas las experiencias o relaciones afectivas que han tenido o tienen. Se llevará a cabo la técnica de la entrevista, durante el 21 de marzo y el 6 de abril de 2016, dirigida a 10 jóvenes: 6 chicas y
4 chicos de edades entre 19 y 24 años. Los resultados serán recogidos en tres bloques: conocimientos, experiencias y redes sociales/ publicidad. Los y las jóvenes saben los aspectos en los que se basa una relación sana, pero la mitad de ellos y ellas han tenido relaciones sentimentales insanas. Basan su amor en falsos mitos y en la cultura del amor romántico que influye en sus relaciones.
Palabras clave: relaciones afectivas, violencia de género, jóvenes.
Introducción
Contexto
Una de las causas de la violencia de género está relacionada con la sociedad patriarcal, que nos ha enseñado, desde pequeños, que al igual que las mujeres y los hombres tenemos diferentes características físicas, también desempeñamos diferentes roles. El hombre es el que toma las decisiones, trabaja y tiene vida social, mientras que la mujer se limita a obedecer y a estar en el ámbito doméstico. La mujer es propiedad del hombre y su principal objetivo es satisfacerlo. Además, el hombre tiene que hacerse respetar, demostrar su fuerza, él defiende el hogar y lo mantiene.
Cuando la mujer no cumple con el desarrollo de su rol, el hombre puede responder con cualquier tipo de violencia de género.
Esta mentalidad patriarcal puede crear diferencias entre hombre y mujeres, esto es una de las causas de que la violencia hacia la mujer se mantenga en la actualidad.
Para aproximarnos al concepto de violencia de género, acudimos al artículo 3 de la Ley 13/2007 de 26 de noviembre, de Medidas de Prevención y Protección Integral contra la Violencia de Género (en adelante Ley 13/2007 de 26 de noviembre), concretamente los apartados 1 y 2 la definen como:
Aquella que como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre éstas por el hecho de serlo.
La violencia comprende cualquier acto de violencia basada en género que tenga como consecuencia, o que tenga posibilidades de tener como consecuencia, perjuicio o sufrimiento en la salud física, sexual o psicológica de la mujer, incluyendo amenazas de dichos actos, coerción o privaciones arbitrarias de su libertad, tanto si se producen en la vida pública como privada.
Otra definición de violencia de género, es la del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad: “la violencia de género se ha constituido como un fenómeno invisible durante décadas, siendo una de las manifestaciones más claras de la desigualdad, subordinación y de las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres”.
En la violencia de género la mujer tiene o ha tenido un vínculo afectivo con el hombre. Casi siempre se realiza en un espacio privado y anula poco a poco la personalidad de la mujer. Basándome en lo establecido en la Ley 13/2007 de 26 de noviembre y en Burriel (2013) los tipos y formas de ejercer violencia de género son los siguientes:
- Violencia física: es la más conocida. Implica cualquier acción de fuerza contra la integridad física de la mujer, con la intención de provocar dolor y producir una lesión o daño en su cuerpo. Este tipo de violencia es ejercida mediante: Puñetazos, patadas, golpes, mordiscos, quemaduras, tirones de pelo, etc.
- Violencia psicológica: se entiende como cualquier actuación, ya sea verbal o no verbal, que provoque un sufrimiento en la mujer y pérdida de autoestima, mediante amenazas, insultos, aislamiento social, obediencia, culpabilización de todo lo que hace y desprecio, entre otros. Este tipo de violencia hace que las víctimas estén débiles y sin capacidad de defenderse, por lo que son fácilmente maltratadas física o sexualmente.
Dentro de este tipo de violencia se puede dar la violencia psicológica de control.
- Violencia Sexual: cualquier conducta de naturaleza sexual que se lleva a cabo sin el permiso de la mujer. El agresor puede ser o haber sido pareja de la víctima, o no tener ningún tipo de relación con ella.
Existen varias formas de ejercer la violencia sexual, con contacto (violación o intento de violación, masturbación…) y sin contacto corporal (acoso sexual, insultos sexistas, exhibicionismo, proposiciones sexuales indeseadas…).
- Violencia Económica: el hombre impide, intencionadamente, que la mujer use los recursos económicos compartidos de la familia. Limita el dinero, entrega cantidades insuficientes para mantener el núcleo familiar, atentando con el bienestar de la mujer y de sus hijos. Igualmente, puede impedirle que trabaje y si lo hace, él administrará su dinero, impidiendo que ella tenga independencia económica.
- Violencia Social: el maltratador humilla, burla y ridiculiza a la mujer en público. Además, es grosero con las amistades y familiares de ésta.
La violencia es ejercida por su pareja, expareja o por alguna persona con la que haya tenido una relación sentimental. También se considera violencia física y/o psicológica la ejercida por hombres en su ámbito familiar, social y/o laboral.
Según la Macroencuesta de violencia contra la mujer (Delegación del Gobierno para la Violencia de Género, 2015) realizada a mujeres de 16 años o más que viven en España:
– El 12,5% ha sufrido violencia física o sexual por parte de sus parejas o exparejas.
– El 6,1% afirman haber mantenido relaciones sexuales sin desearlo porque tenían miedo de la reacción de su pareja o expareja si se negaban.
– El 8,1% ha sufrido violencia sexual de alguna pareja o expareja.
– En el último año, a manos de su expareja o pareja, el 9,2% ha sufrido violencia psicológica de control, el 7,9% ha sufrido violencia psicológica emocional y el 2,5% ha sufrido violencia económica.
– El 13% afirman que han sentido miedo de alguna pareja o expareja en algún momento de su vida.
Índice
INTRODUCCIÓN
1.1. Contexto
1.2. Amor ideal, adolescencia, micromachismos y relación sana
1.3. Ámbito sanitario
1.4. Datos Estadísticos
2. OBJETIVOS
3. METODOLOGÍA
4. RESULTADOS
a. Conocimientos
b. Experiencias
c. Redes sociales y publicidad
5. DISCUSIÓN
6. CONCLUSIONES
7. LÍNEAS DE AVANCE
8. BIBLIOGRAFÍA / REFERENCIAS
9. ANEXOS