ISBN: 978-84-1142-027-3
© Manuel Campo Parreño, Juan Carlos Sánchez-Mateos Rivas
Introducción
Durante este estudio pretendemos dar una visión y un abordaje terapéutico en su totalidad a la patología del dolor lumbar. Esta patología es una de las más globalizadas y más extendidas en todo el planeta por lo que es muy importante saber cómo abordarla.
La especificidad de la causa del dolor lumbar es uno de los principales problemas de resolverlo, debido a que no nos enfocará el tratamiento de la manera adecuada. Por esto, durante este estudio queremos observar todas las posibilidades que nos podremos encontrar en los casos de dolor lumbar y resolverlos de la manera más eficaz.
Veremos los datos más importantes del dolor lumbar, las patologías que pueden desencadenarlo y posteriormente como resolverlo, desde el punto de la prevención, el cual es el más interesante y que más beneficios nos puede lograr y desde el punto del tratamiento, tanto farmacológico como fisioterápico.
Tipos de dolor
En un estudio de dolor lumbar, este se puede dividir de múltiples maneras, en este vamos a realizar dos divisiones principales, las divisiones que se establecen según la duración del mismo, dolor crónico y dolor agudo. En el que llamaremos dolor crónico a todo aquel que perdure durante un periodo de 3 meses o más y por consecuencia, llamaremos dolor agudo a todo aquel inferior a este periodo.
El dolor crónico es uno de los mayores problemas en cuanto a la medicina y las repercusiones principalmente son socio sanitarias y económicas, ya que conllevan un gran gasto.
Dentro del 97% de los tipos de dolor lumbar mecánico, en un porcentaje muy bajo encontramos una causa del dolor, los demás presentan una causa inespecífica.
Sin entrar en las diferentes patologías podemos clasificar el dolor en diferentes tipos:
Dolor Óseo: El hueso está inervado por fibras tipo C las cuales son amielínicas, estas cursan con un dolor más superficial y localizado y también fibras mielínicas tipo Aδ que producen un dolor profundo y poco localizado.
Dolor articular: La zona articular no presenta dolor, sin embargo, cápsula articular, ligamentos y la sinovial están altamente inervados. Cuando este cartílago se deteriora, expone las estructuras nombradas ante mayores impactos producidos por inestabilidad articular, por lo que ante movimientos anormales se producirá dolor.
Dolor discal: El disco intervertebral tampoco presenta inervación ni vasos sanguíneos, el dolor en este caso se produce al producirse un prolapso del mismo, saliendo el núcleo pulposo del anillo fibroso y atrapando el resto de estructuras que sí dan una sintomatología o bien por un desgaste del mismo que producto mayores cargas articulares.
Dolor muscular: La musculatura es de las estructuras inervadas de manera abundante. Sus algorreceptores se estimulan de múltiples maneras, por procesos traumáticos o cambios químicos.
Dolor vascular: Los vasos también poseen una rica inervación. Estos nociceptores se irritan por cambios tanto estructurales, cómo por ejemplo rigidez de los vasos, como fisiológicos, por ejemplo, cambios en el flujo.
Dolor cutáneo: Originados por la alteración de los algorreceptores distribuidos tanto en la piel como en el tejido celular subcutáneo.
Dolor radicular: Producido por una compresión nerviosa.
Índice
Introducción
Tipos de dolor
Incidencia y prevalencia
Factores de riesgo
Patologías
Fisiopatología
Diagnóstico
Exploración física
Exploración radiológica
Tratamiento farmacológico
Tratamiento fisioterápico
Prevención
Discusión
Bibliografía